Bueno ,es difícil hacer esto. Luego de años de haber ignorado por completo este pequeño espacio en la red, mi espacio, y de que la vida diera más vuelcos de los que uno quisiera, he decidido intentarlo de nuevo. Sí, ya no soy el mismo que fundó esta página hace tanto, con dudas e incertidumbre en el paso entre la educación y el trabajo, pero bueno, este blog nunca se trató de eso.
El contenido del mismo tal vez no vaya a ser tan diverso como antes (nunca pretendió ser gracioso, y pese a ello en ocasiones publiqué tonterías de las que hoy estoy en desacuerdo, pero igual se quedarán donde están). En primer y único lugar, voy a concentrarlo en mis divagaciones sobre mi muy oxidada faceta de escritor, la misma que quedó congelada durante todo este tiempo, más que nada por desidia, por simple y llano tedio del mundo laboral, el mismo que te ocasiona perder la chispa creativa y concentrarte en lo que eres ahora: un adulto buscando salir adelante.
Llega un momento en que la vida deja de ser una emoción tras otra, que la rutina te consume y no te mucho espacio para ser tú mismo, para demostrar que tienes ideas, y en medio de esas sensaciones, perdí mi creatividad. Pasé años intentando recuperarla, y hoy que pienso que lo he hecho, decidí reabrir este espacio y volver a compartir con quienquiera que lea esto, mis avances y pensamientos varios alrededor de todo esto.
Mi mundo es más complicado, el tiempo es menor, pero vamos a hacer un esfuerzo que no había hecho para que esto funcione. A la par, me enorgullece decir que estoy trabajando, por primera vez en siete años, en mi segundo escrito, la continuación de Aries (historia que terminé en el lejano 2012), así que la gran mayoría de mis desvaríos serán alrededor de los avances de esta historia, la cual espero que algún día llegue a ser más que un archivo en mi computadora.
Haremos el esfuerzo, porque hoy decidí que vale la pena intentar las cosas, no por alguien, no por nada, sino por uno mismo.