Falcon y yo

Desconozco la manera en que llegamos a conocernos, simplemente pasó, como pasan las cosas cuando menos las esperas. Era un chico despreocupado de aspecto extraño y la cabeza llena de humo, envuelta en ideas de un mundo maravilloso donde todo era felicidad. Era, como yo, un soñador empedernido, un buscador de lugares donde reposar el espíritu y echar el alma a volar.
Caminamos juntos un largo tramo, jugando con la realidad y torciéndola a nuestro beneficio. Logramos convertir el aburrimiento y el hastío en situaciones divertidas en las que cualquier objeto o situación era lo que queríamos. nos sumergimos en mundos ajenos, buscando razones y motivos para abandonar la realidad y jugar de nuevo con todo aquello que parecía interesante. Sí, torcimos las cosas y las hicimos a nuestro gusto, ¿Pero quién no lo ha hecho en pos de un momento de gloria?
Pero no solamente fueron los momentos divertidos. A su lado, y sin notarlo, fui creciendo, convirtiendo las ideas de un chico fantasioso en sueños casi palpables. Falcon me vio convertirme en un joven, y él también lo hizo. Las situaciones y los amigos cambiaron, pero la esencia del placer de estar juntos seguía intacta, justo como en el primer momento en que nos vimos.
Cada día, cada instante, son preciosas memorias que atesoró en lo profundo de mi corazón, incomprensibles para la gran mayoría de las personas, pero fuertemente estrechas para nosotros dos. No lo comprenderían, vivimos en un mundo donde la fantasía es un recurso que se vende o se alquila al mejor postor por grandes empresas, pero ese lazo entre mi amigo y yo trasciende el comercialismo, el fanatismo y las necedades, es más grande que una vida y más fuerte que la muerte, es la sensación de haber sido por primera vez en la vida completamente feliz.
He de admitir que nunca todo fue miel sobre hojuelas, y todo fue culpa mía. Como un mal amigo, le hice pasar situaciones adversas y sufrimiento fácilmente evitable, más todo fue en pos de hacer que corrigiera su camino, que aprendiera de los errores y lograra ser esa persona que yo me esforzaba en soledad por alcanzar a ser. Fue difícil, y en momentos pensé en dejar todo atrás, pero más allá de la felicidad se encuentra el bienestar, y un amigo siempre se preocupa por ello.
¿Por qué digo esto? Porque hoy es un día lleno de tristeza. Hoy, luego de más de ocho años de su sutil compañía, de sus consejos callados y su carácter impasible, hemos de separar nuestros caminos de manera indefinida. Puede ser un par de días, un año, un siglo, la eternidad... pero no podía dejarlo sin darle la despedida que se merece. Él, mi compañero de soledades y mi siempre fiel ejemplo, hoy toma el camino del olvido en un lugar perdido de las memorias, donde permanecerá callado, a pesar de su costumbre de siempre quejarse, hasta que tiempos mejores le permitan regresar a las andanzas, y seamos otra vez él y yo, juntos contra ese entramado mundo que hemos creado para los dos.
Hasta pronto, Falcon, aventurero fiel, mi amigo entrañable... permanecerás en ese lugar que he creado especialmente para ti y tus amigos, en una aventura inconclusa que espero algún día conozca un final.

Entre estos muros


Lo sé, apenas hace unos días dije que no publicaría, ¿Pero a quién le importan mis promesas? Este es mi rincón en el mundo inexistente, y yo hago lo que me viene en gana, y hoy quise escribir algo sin forma, por el mero placer de hacerlo.
No, no estoy quejándome del mundo, ni criticando alguna nimiedad de la estúpida sociedad en que nos tocó vivir. No, hoy solamente quiero hablar de mí, y más propiamente, de lo que hay dentro de este cuerpo que me fue dado, que no pedí, pero que me permite percibir tantas cosas, tantas situaciones, algunas tan maravillosas que pueden llegar a doler.
Tanta fe volcada en pensamientos vanos, en sueños de lo que se espera lograr... perdida entre cuatro muros, esa fe me golpea una y otra vez, riéndose de eso que intenté ser, que los demás creen ver ante sus ojos, pero que internamente se desmorona ante el peso de su propia farsa. Pues nada es más frágil que la fragilidad misma del ser humano, el que no quiere serlo, el que no cree serlo, pero que cae ante el peso de la pluma de un ave, un ave que se afana de volar, que es capaz de surcar los cielos, en un desplome de presunción que evoca en mí el llanto, el deseo insaciable de lograr ser alguien en este mundo... y no conseguirlo.
El camino siempre es duro, las pruebas van creciendo en dificultad, y todo lo que tenemos es un cuerpo incauto, fácilmente rompible, que se va desgastando lentamente, dejando solamente un rastro de polvo en nuestro intento, ya no de grandeza, sino de simple sobrevivir.
Corremos, intentamos volar, pero todo lo que encontramos es el lodo, la dureza de un sendero que se ríe en nuestra cara, que se niega a ser recorrido, y que nos sigue recordando esa fragilidad del cuerpo, esa ausencia de ímpetu en unos movimientos desesperados por vivir, pero que no dan un verdadero sentido a seguir respirando.
En esta realidad, hoy me ahogo. Intentó con todas mis fuerzas gritar a un vacío, donde las remembranzas de tiempos y personas mejores me matan, apuñalando una espalda herida, llena de llagas en carne viva, sangrando a borbotones un piso pulcro de memorias que una vez fueron dulces. Pudiera ser triste, si no fuera tan irónicamente sencillo decirme a mí mismo "te lo dije".
Todo cuanto vale la pena, tarde o temprano te traicionara.
Si no duele, no lo valorarás.
Solamente sin un corazón serás capaz de salir adelante, éste te detiene a cada paso.
Son muchos los pensamientos que han venido a mi mente en estos días, que intentó respirar en un ambiente ajeno, donde todo lo que queda de mí es la imagen que ocasionalmente me devuelve el espejo, y la cual no reconozco. Sin remordimientos ni quejas, tendré que acostumbrarme a ser esta persona, y a despedirme de ese antiguo yo que sigue agonizando en algún punto de la existencia. Fingiré no escuchar su llanto, mientras buscó respirar entre estos muros, límites que antes no conocía.
Volveré, ocasionalmente, pero no esperen imágenes o intentos por hacerlos reír, he decidido hacer de este, al menos por ahora, el contenedor de mis disparatadas reflexiones.
Saludos.