Este blog no está muerto, todavía no; causas de fuerza mayor me han impedido (y me impedirán) publicar aquí hasta el 6 de junio (entiéndase aquí que es mi último semestre de estudiante, y la carga ha estado excesivamente pesada en la recta final). Disculpen la larga ausencia, pero les prometo regresar ese día, mientras tanto... hagan lo que les dé su gana, sobrevivirán sin mí.
Un cordial saludo a quien lea esto, a quien no... uno a su progenitora.

Para el día de la madre

Por motivos de celebración, decidí que la primera entrada de la semana fuera publicada el martes (si no sabes lo que se celebra, literalmente no tienes madre). Tenía pensadas muchas opciones acerca de lo que podría poner hoy, pero llegué a la conclusión de que ya estamos lo bastante atascados de mensajes "bonitos" en los medios de comunicación como para poner más aquí (cosas que, después de todo, no hay nada como decirlas en persona a esa mujer que nos dio la vida, y que lo valorará mucho más que a poner unas cuantas frases bonitas en un papel y mandarlo... o en este caso, escribir en la nada con el riesgo de que nunca lo vea). Es por eso que me concentraré en los posibles lectores de este sitio, y veremos el otro lado de la celebración, el que no es precisamente lindo para unos, pero para otros es un placer, ¿De qué estoy hablando? Me refiero a la bendita elección del regalo perfecto para tu sacrosanta progenitora.
Opciones hay muchas, las han habido desde que las mujeres son mujeres, y nacieron con un desarrollado sentido del consumismo, además de una atracción por todo lo que pueda ser bonito, bello, gracioso, precioso, hermoso o medianamente útil (así como un pisapapeles... lo siento, pero deben admitir que la mayoría de las mujeres se guían más por lo que les gusta que por lo que les sirve). Pero, volviendo al tema, de ese mar de opciones, las aguas se van reduciendo año con año, luego de que elegimos algo una vez, y los regalos comienzan a abrumar a nuestra madre, lo que nos lleva a pensar en no darle lo mismo más de una vez, y entonces se desata el caos en la tierra: miles de hijos buscando el regalo perfecto, todos los medios de comunicación dictando una baraja de posibilidades que no hace más que marear, tiendas abarrotadas casi como en navidad... hay que admitirlo, los mexicanos sabemos como festejar: vaciando tiendas y sin reparar en gastos, todo sea por la mujer que nos dio la vida, ¿No?
Pues bueno, las cosas dejan de ser lindas cuando el susodicho obsequio no aparece tan facilmente como hubieras querido. Buscas entre las viejas opciones, y te das cuenta que no sales de las mismas (ya veo la cara de tu mamá de "¿Otra vez otro pantalón amarillo con puntitos negros"). La situación empeora cuando, como yo, eres hombre, y tienes la imaginación de una nuez en cuanto a obsequios se refiere. Sí, estamos limitados por la genética, más eso no impide que deseemos dar algo especial en este día, lo que nos hace partirnos la cabeza de tienda en tienda, en busca de ese codiciado objeto que hará feliz por un instante a quien nos ha hecho felices toda nuestra vida. Hoy ya habrá pasado la emoción del momento, y ya todos se encontrarán dando su obsequio, aunque no falta el despistado que anda todavía perdido entre tiendas. Es para ti, o para todo aquel que no quiera pasar el mismo caos el próximo año, que he planeado esta entrada. Pensaba hacer una linda entrada sobre las mejores posibilidades, pero lo lindo no vende tanto como quisiera, así que les presento nada más y nada menos que:

"Los regalos que NUNCA debes obsequiar a tu madre"
Nota: Estos obsequios han sido elegidos por las madres que conozco como los peores, en base a un sondeo hecho en base a lo que he escuchado de sus comentarios post-día de las madres.

"¡Te quierrrooo muchhhho mammmmááá ::hic::!"

1. "NUNCA le lleves pseudo serenata a media noche"
Tenía que poner esto en primer lugar, puesto que, aparte de inútil, es nefastamente molesto. Imáginate que estás durmiendo placidamente, pensando en lo que te obsequiarán tus queridos hijos por el esfuerzo que imprimes en ellos, todo el amor volcado para que sean lo que han soñado, cuando un estridente sonido comienza a hacer temblar las ventanas de la casa. Te levantas de la cama, pensando en llamar a la policia para que recoja a un grupo de borrachos que se encuentran afuera de tu casa, con una canción aguardentosa en el estéreo del automóvil a todo volumen, mientras gritan sandeces inducidas por el alcohol. Ya tienes el teléfono en la mano cuando notas que la bola de borrachos ¡Son tus hijos y sus amigotes! No te queda de otra que salir con lagañas en los ojos y darles las gracias, para que luego de un tierno abrazo con aroma a cerveza, los revoltosos se marchen a la siguiente casa. ¿No es hermoso?
No, no lo es. Si piensas que una serenata es un buen regalo, hazlo de una manera decente. Claro que lo ideal en nuestro país son los conocidos mariachis, o cualquier grupo musical del agrado de la festejada, pero los tiempos no están para pagar a una bola de bohemios que se ganan la vida haciendo lo que más les gusta (dudo que haya uno que diga "odio vivir de la música"), ¿Pero irte de eso a ir en un automóvil con tus amigotes, medio tomados, a reproducir las mismas canciones choteadas de toda la vida por todo el vecindario? Hay extremos. Es el día de tu mamá, ¿Crees que le gustaría verte borracho afuera de su casa, gritando como un simio en celo mientras revientas las bocinas de un auto que ni siquiera sea tuyo? Hay más aprecio en darle una piedra... al menos ésta le permitirá seguir durmiendo, además de quitarle la preocupación de que a ti te pase algo por andar haciendo tonterías en la madrugada.

"A mamá le va a encantar"

2. "NUNCA le des algo para que trabaje"
Se suele tener la costumbre de que a las madres les gusta todo lo que tenga que ver con la cocina, después de todo ahí pasan la mayor parte del día, ¿No? Es por esto que muchos se guían en la simple idea de que, si están ahí es porque les gusta, y de obsequio les dan, dependiendo del bolsillo, desde un electrodoméstico hasta un exprimidor de limones. Puede verse como la opción ideal, pero detente a pensar en un pequeño, ínfimo detalle: ¿Cómo te sentirías tú, si siendo obrero, te dieran de regalo de cumpleaños un casco? Sí, puede ser útil, pero los hombres funcionamos de manera que vemos lo funcional por encima de lo bello, caso contrario a las madres. Ellas no quieren algo como un trapeador, que más puede ser una burla que un regalo, pues les hace ver que su hij@ solamente la quiere para que limpie y cocine, y tú no quieres eso, ¿O sí? Así que ve y busca un regalo decente, algo que nada tenga que ver con su trabajo (si tiene uno) o con las labores del hogar (sobretodo con éstas). Este es su día, y tienen que sentirse amadas, no útiles.

"Aunque tú ames a Obama, este NO es un buen regalo"

3. "NUNCA obsequies algo que no va a usar"
Aquí es donde tienes que demostrar cuanto quieres a tu madre. Veámoslo de la siguiente manera: ella siempre ha querido, desde hace mucho tiempo, deshacerse de las canas que ya van ganando terreno en su cabeza, pero no encuentra el dinero suficiente para pagarse un tinte de cabello debido a las necesidades diarias del hogar, y a que, como madre, antepone tus deseos a los de ella. Pero hoy es su día, y tú tienes las posibilidades de darle las gracias como se merece, demostrándole con un obsequio cuanto la amas. Llevas una caja envuelta, en la que depositas todo tu amor, le dices que es algo que le encantará. Ella lo abre, y sin poder ocultar las emociones en su rostro, saca un sueter verde olivo, cómodo y confortable, ideal para el invierno que acaba de pasar. Te da las gracias con una sonrisa, porque sabe que lo hiciste con amor, pero hay algo que no queda en esta escena, ¿Verdad? La próxima vez que vayas a darle un obsequio, por favor intenta informarte de sus necesidades o deseos, esos que oculta para que tú puedas cumplir los tuyos. No encontrará mejor detalle que ver que su hijo valora su sacrificio, y la hace feliz en su día.

4. "NUNCA le des como regalo a tu familia"
Este punto aplica al padre de familia más que a los hijos. Es el día de las madres, la señora se levanta feliz, y radiante recibe los amorosos abrazos y regalos de sus hijos. Iban a salir a comer fuera, pero el presupuesto no dio para tal y la señora ha aceptado cocinar algo en casa, contenta por ser valorada en su familia. Pero entonces aparece su querido esposo desde la puerta de la casa, con un tumulto de personas que entran y saludan. La situación se explica con un simple "invite a mi mamá y hermanos a comer, ¿Te importa?". Obviamente mamá dirá que no, pero en ese momento habrá pasado, de ser la festejada, a ser la criada. Jamás permitas que tal aberración ocurra. Si tu papá quiere invitar a su familia, que lo haga en su cumpleaños, y que él les sirva.


"Amor, invite a mi mami y a mis hermanos a comer..."

5. "NUNCA quieras comprar su amor"
Finalmente, llegamos a la conclusión de que puedes darle una paleta de caramelo a tu madre, simple, pero no olvides decirle cuanto la quieres, y lo mucho que la valoras en tu vida. Si hay una persona a la que debas amar, es a tu madre, así que no pierdas el tiempo con sandeces como elegir el mejor o más caro regalo, simplemente encuentra algo que llene su corazón, pero no olvides, sobretodo, que para ella tus palabras son muy importantes. Vale mucho más una felicitación por llamada que enviar un ostentoso regalo con una frívola tarjeta.

"Recuerda que tú fuiste su mayor regalo"

Les deseo un maravilloso día a todas las madres, y que, como hoy, todos los días sus hijos les demuestren su amor sinceramente... tienen mi permiso para castigarlos si se les aparece a medianoche con la música a tope, gritando que las quiere mucho.
PD: ¡Te quiero mucho mamá!

La consabida introducción

Hoy, en un total arranque de egocentrismo y "me vale" barato, he decidido tomar la entrada respectiva para hablarles nuevamente de algo un poco más o menos que yo. Este es un espacio reflexivo y literario, no un facebook o un show para mostrar los secretos más oscuros de mi ser, ¡Por supuesto que no! Aunque bien, vamos a dar una pequeña analizada a mi, hasta hace un par de años, secreto mejor guardado, el sueño de mi vida (y la pesadilla de los que me conocen, de cierto modo): mi novela.
Por algún extraño motivo, estaba pensando en la mañana por primera vez con coherencia, y me percaté de un pequeño detalle que simplemente no cascaba, un pequeño detalle que simplemente había dejado pasar por algo en los siete meses que tengo escribiendo como un poseso aquí (bueno, ni tanto... me doy mis descansos habituales). Para no hacer el cuento largo, noté que, pese a mencionar a Aries a cada momento, no les había dado una verdadera introducción para que se interesaran por mi adorada obra. Sí, hace tiempo hablé de las siete versiones que hay de la misma, pero no revele mucho de la trama, ni siquiera de lo que en realidad trata la historia, ahora que se encuentra avanzando con paso lento y decidido. Sin muchos preámbulos, les daré hoy una semblanza de esta historia, del mundo que la rodea, y de los personajes principales... tal como debí haberlo hecho antes de mostrarles Nostalgia o Claro de Luna.
Bueno, he de decirles que no me es sencillo hacer esto, puesto que la obra avanza muchos años y trata de diversas aventuras, no en mismo sitio o bajo las mismas reglas (es parte de su complejidad, algo que no a cualquiera pueda agradarle, pero me importa un comino), pero haré mi mejor esfuerzo para que puedan comprender un poco, y yo pueda dormir en paz luego de mi terrible error.
La historia comienza con Falcon Silverseeth, un niño de escasos nueve años con una fuerte jaqueca. El pequeño no recuerda lo que hizo el día anterior, no recuerda nadie ni a nada. Su padre lo saca de la cama y le dice que ha estado enfermo, pero que ya es tiempo de volver a sus clases.Así comienza la aventura de una vida, mientras el pequeño va recordando a su familia y amigos, viviendo las aventuras de un niño normal, creciendo cada día y encontrando distintos valores. Pero todo cambia un día, cuando, debido a la malinterpretación de una riña, Falcon es supuestamente expulsado, pero en realidad es enviado a otra escuela, donde podrá entrenar sus excelentes dotes con la espada, como un miembro del equipo de esgrima. El chico va creciendo y conociendo a nuevas personas, aprendiendo que la vida es un constante cambio, al que se tiene que mantener firme y limitarse a disfrutar las cosas. A lo largo del primer libro (llamado Nihil), vemos crecer al pequeño de nueve años hasta convertirse en un valiente jovencito de dieciséis, firme en sus convicciones y ya con grandes aventuras en su haber, pero la más importante de todas: el descubrir un mundo alterno al suyo, en el que una antigua civilización prevalece a través del tiempo, gracias a la magia que los dioses les otorgaron. Mejor aún, descubre que es parte de ellos, y que tiene un gran destino por delante.
Suena algo infantil, ¿No? Esto se debe a que Nihil fue la primera historia que escribí en mi vida (la llamada Destino, de la primera edición), hace ya ocho años cumplidos. Bastante tiempo, pero a pesar de ello me negué a alterar en su mayoría la historia, pues era un buen inicio, como me gusta llamarlo, la época del Falcon perfecto, pues es como la niñez misma: una ilusión donde el mundo es color de rosa, y los problemas del mundo, los miedos mismos, parecen simples y banales. Mismo encanto que se pierde en el siguiente libro, donde la historia comienza a tomar el camino que le corresponde, un sitio más oscuro, donde la madurez implica saber que el mundo; si bien es un buen lugar, está lleno de desafíos y días por vencer. Esa es la esencia de Aries, el duro camino de una vida en el transcurso del tiempo.
El segundo libro, Aries (el verdaderamente importante), se los contaré en otra ocasión, porque sinceramente hoy tengo demasiada tarea. Si Dios y los profesores me lo permiten, nos leeremos la próxima semana.
Saludos a todos.
PD: Esta serie de mini entradas serán provisionales, mientras terminó el semestre y la cantidad titánica de labores que surjan. Hasta entonces, tendrán que conformarse con esto.

Un momento en la vida




Todos nos encontramos en cierto punto en nuestras vidas, cierto momento inevitable en el que no queda marcha atrás, sino solamente el aire a nuestras espaldas de lo que una vez fue y lo que no encontramos, así como de los momentos felices y lo que disfrutamos. Se le llama pasado, las vivencias que tuvimos y nos negamos a tener, el hubiera y el hubo, pero el "ya pasó" al fin y al cabo. En ese momento ya no importa; vemos que hemos avanzado hasta el punto de no retorno, que lo que fue allá se queda, y lo que es, no lo será dentro de poco. Pero no debes preocuparte, sino solamente seguir caminando, pues caminando es como la vida se va y como se disfruta en realidad.
Vivimos en un eterno ciclo de bienvenidas y despedidas a partes iguales. Un día conoces al amigo entrañable, al hermano del alma, al amor de tu vida, pero un momento es suficiente para darte cuenta que lo eterno es efímero, y que esa persona que juró estar a tu lado se ha ido. No temas, la vida es así y así será; guarda con amor el recuerdo de esas personas que comparten el camino contigo por un tiempo, y continúa, nuevos retos y personas te esperan adelante, para formar lazos y llevar al extremo este festín de sentimientos que es el vivir.
Muchas cosas ocurren, tanto de dicha como de frustración, ¿Pero qué sería vivir sin un par de tropiezos? El sendero de la vida se disfruta solamente una vez, y no podemos sentirlo a plenitud si no tenemos también una caminata por el camino espinado, entregándonos en sacrificio para una ofrenda personal, en la que las recompensas no son de nadie más que de nosotros, siendo, la más valiosa, la experiencia.
Así es vivir, y así debes de aprender a amarlo. En la calma y en la tormenta. En el amor y en el odio. Los ciclos van y vienen, y el único que permanece eres tú, listo para cada embate, con la sonrisa en alto y el corazón latiendo. Tal como ayer y como hoy, disfruta cada instante, porque un segundo perdido no se recupera nunca.
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¿Por qué escribí esto ahora? No tengo la menor idea, simplemente me puse frente a la computadora y comencé a teclear. Me gustó, y es la entrada de hoy. Disfruta tu vida, y por el amor de Dios, deja disfrutar a los demás.
Un saludo de su amigo Aysen Silverseeth. Nos leemos el miércoles.