Por motivos de celebración, decidí que la primera entrada de la semana fuera publicada el martes (si no sabes lo que se celebra, literalmente no tienes madre). Tenía pensadas muchas opciones acerca de lo que podría poner hoy, pero llegué a la conclusión de que ya estamos lo bastante atascados de mensajes "bonitos" en los medios de comunicación como para poner más aquí (cosas que, después de todo, no hay nada como decirlas en persona a esa mujer que nos dio la vida, y que lo valorará mucho más que a poner unas cuantas frases bonitas en un papel y mandarlo... o en este caso, escribir en la nada con el riesgo de que nunca lo vea). Es por eso que me concentraré en los posibles lectores de este sitio, y veremos el otro lado de la celebración, el que no es precisamente lindo para unos, pero para otros es un placer, ¿De qué estoy hablando? Me refiero a la bendita elección del regalo perfecto para tu sacrosanta progenitora.
Opciones hay muchas, las han habido desde que las mujeres son mujeres, y nacieron con un desarrollado sentido del consumismo, además de una atracción por todo lo que pueda ser bonito, bello, gracioso, precioso, hermoso o medianamente útil (así como un pisapapeles... lo siento, pero deben admitir que la mayoría de las mujeres se guían más por lo que les gusta que por lo que les sirve). Pero, volviendo al tema, de ese mar de opciones, las aguas se van reduciendo año con año, luego de que elegimos algo una vez, y los regalos comienzan a abrumar a nuestra madre, lo que nos lleva a pensar en no darle lo mismo más de una vez, y entonces se desata el caos en la tierra: miles de hijos buscando el regalo perfecto, todos los medios de comunicación dictando una baraja de posibilidades que no hace más que marear, tiendas abarrotadas casi como en navidad... hay que admitirlo, los mexicanos sabemos como festejar: vaciando tiendas y sin reparar en gastos, todo sea por la mujer que nos dio la vida, ¿No?
Pues bueno, las cosas dejan de ser lindas cuando el susodicho obsequio no aparece tan facilmente como hubieras querido. Buscas entre las viejas opciones, y te das cuenta que no sales de las mismas (ya veo la cara de tu mamá de "¿Otra vez otro pantalón amarillo con puntitos negros"). La situación empeora cuando, como yo, eres hombre, y tienes la imaginación de una nuez en cuanto a obsequios se refiere. Sí, estamos limitados por la genética, más eso no impide que deseemos dar algo especial en este día, lo que nos hace partirnos la cabeza de tienda en tienda, en busca de ese codiciado objeto que hará feliz por un instante a quien nos ha hecho felices toda nuestra vida. Hoy ya habrá pasado la emoción del momento, y ya todos se encontrarán dando su obsequio, aunque no falta el despistado que anda todavía perdido entre tiendas. Es para ti, o para todo aquel que no quiera pasar el mismo caos el próximo año, que he planeado esta entrada. Pensaba hacer una linda entrada sobre las mejores posibilidades, pero lo lindo no vende tanto como quisiera, así que les presento nada más y nada menos que:
"Los regalos que NUNCA debes obsequiar a tu madre"
Nota: Estos obsequios han sido elegidos por las madres que conozco como los peores, en base a un sondeo hecho en base a lo que he escuchado de sus comentarios post-día de las madres.
"¡Te quierrrooo muchhhho mammmmááá ::hic::!"
1. "NUNCA le lleves pseudo serenata a media noche"
Tenía que poner esto en primer lugar, puesto que, aparte de inútil, es nefastamente molesto. Imáginate que estás durmiendo placidamente, pensando en lo que te obsequiarán tus queridos hijos por el esfuerzo que imprimes en ellos, todo el amor volcado para que sean lo que han soñado, cuando un estridente sonido comienza a hacer temblar las ventanas de la casa. Te levantas de la cama, pensando en llamar a la policia para que recoja a un grupo de borrachos que se encuentran afuera de tu casa, con una canción aguardentosa en el estéreo del automóvil a todo volumen, mientras gritan sandeces inducidas por el alcohol. Ya tienes el teléfono en la mano cuando notas que la bola de borrachos ¡Son tus hijos y sus amigotes! No te queda de otra que salir con lagañas en los ojos y darles las gracias, para que luego de un tierno abrazo con aroma a cerveza, los revoltosos se marchen a la siguiente casa. ¿No es hermoso?
No, no lo es. Si piensas que una serenata es un buen regalo, hazlo de una manera decente. Claro que lo ideal en nuestro país son los conocidos mariachis, o cualquier grupo musical del agrado de la festejada, pero los tiempos no están para pagar a una bola de bohemios que se ganan la vida haciendo lo que más les gusta (dudo que haya uno que diga "odio vivir de la música"), ¿Pero irte de eso a ir en un automóvil con tus amigotes, medio tomados, a reproducir las mismas canciones choteadas de toda la vida por todo el vecindario? Hay extremos. Es el día de tu mamá, ¿Crees que le gustaría verte borracho afuera de su casa, gritando como un simio en celo mientras revientas las bocinas de un auto que ni siquiera sea tuyo? Hay más aprecio en darle una piedra... al menos ésta le permitirá seguir durmiendo, además de quitarle la preocupación de que a ti te pase algo por andar haciendo tonterías en la madrugada.
"A mamá le va a encantar"
2. "NUNCA le des algo para que trabaje"
Se suele tener la costumbre de que a las madres les gusta todo lo que tenga que ver con la cocina, después de todo ahí pasan la mayor parte del día, ¿No? Es por esto que muchos se guían en la simple idea de que, si están ahí es porque les gusta, y de obsequio les dan, dependiendo del bolsillo, desde un electrodoméstico hasta un exprimidor de limones. Puede verse como la opción ideal, pero detente a pensar en un pequeño, ínfimo detalle: ¿Cómo te sentirías tú, si siendo obrero, te dieran de regalo de cumpleaños un casco? Sí, puede ser útil, pero los hombres funcionamos de manera que vemos lo funcional por encima de lo bello, caso contrario a las madres. Ellas no quieren algo como un trapeador, que más puede ser una burla que un regalo, pues les hace ver que su hij@ solamente la quiere para que limpie y cocine, y tú no quieres eso, ¿O sí? Así que ve y busca un regalo decente, algo que nada tenga que ver con su trabajo (si tiene uno) o con las labores del hogar (sobretodo con éstas). Este es su día, y tienen que sentirse amadas, no útiles.
"Aunque tú ames a Obama, este NO es un buen regalo"
3. "NUNCA obsequies algo que no va a usar"
Aquí es donde tienes que demostrar cuanto quieres a tu madre. Veámoslo de la siguiente manera: ella siempre ha querido, desde hace mucho tiempo, deshacerse de las canas que ya van ganando terreno en su cabeza, pero no encuentra el dinero suficiente para pagarse un tinte de cabello debido a las necesidades diarias del hogar, y a que, como madre, antepone tus deseos a los de ella. Pero hoy es su día, y tú tienes las posibilidades de darle las gracias como se merece, demostrándole con un obsequio cuanto la amas. Llevas una caja envuelta, en la que depositas todo tu amor, le dices que es algo que le encantará. Ella lo abre, y sin poder ocultar las emociones en su rostro, saca un sueter verde olivo, cómodo y confortable, ideal para el invierno que acaba de pasar. Te da las gracias con una sonrisa, porque sabe que lo hiciste con amor, pero hay algo que no queda en esta escena, ¿Verdad? La próxima vez que vayas a darle un obsequio, por favor intenta informarte de sus necesidades o deseos, esos que oculta para que tú puedas cumplir los tuyos. No encontrará mejor detalle que ver que su hijo valora su sacrificio, y la hace feliz en su día.
4. "NUNCA le des como regalo a tu familia"
Este punto aplica al padre de familia más que a los hijos. Es el día de las madres, la señora se levanta feliz, y radiante recibe los amorosos abrazos y regalos de sus hijos. Iban a salir a comer fuera, pero el presupuesto no dio para tal y la señora ha aceptado cocinar algo en casa, contenta por ser valorada en su familia. Pero entonces aparece su querido esposo desde la puerta de la casa, con un tumulto de personas que entran y saludan. La situación se explica con un simple "invite a mi mamá y hermanos a comer, ¿Te importa?". Obviamente mamá dirá que no, pero en ese momento habrá pasado, de ser la festejada, a ser la criada. Jamás permitas que tal aberración ocurra. Si tu papá quiere invitar a su familia, que lo haga en su cumpleaños, y que él les sirva.
"Amor, invite a mi mami y a mis hermanos a comer..."
5. "NUNCA quieras comprar su amor"
Finalmente, llegamos a la conclusión de que puedes darle una paleta de caramelo a tu madre, simple, pero no olvides decirle cuanto la quieres, y lo mucho que la valoras en tu vida. Si hay una persona a la que debas amar, es a tu madre, así que no pierdas el tiempo con sandeces como elegir el mejor o más caro regalo, simplemente encuentra algo que llene su corazón, pero no olvides, sobretodo, que para ella tus palabras son muy importantes. Vale mucho más una felicitación por llamada que enviar un ostentoso regalo con una frívola tarjeta.
"Recuerda que tú fuiste su mayor regalo"
Les deseo un maravilloso día a todas las madres, y que, como hoy, todos los días sus hijos les demuestren su amor sinceramente... tienen mi permiso para castigarlos si se les aparece a medianoche con la música a tope, gritando que las quiere mucho.
PD: ¡Te quiero mucho mamá!