miércoles, 4 de mayo de 2011

La consabida introducción

Hoy, en un total arranque de egocentrismo y "me vale" barato, he decidido tomar la entrada respectiva para hablarles nuevamente de algo un poco más o menos que yo. Este es un espacio reflexivo y literario, no un facebook o un show para mostrar los secretos más oscuros de mi ser, ¡Por supuesto que no! Aunque bien, vamos a dar una pequeña analizada a mi, hasta hace un par de años, secreto mejor guardado, el sueño de mi vida (y la pesadilla de los que me conocen, de cierto modo): mi novela.
Por algún extraño motivo, estaba pensando en la mañana por primera vez con coherencia, y me percaté de un pequeño detalle que simplemente no cascaba, un pequeño detalle que simplemente había dejado pasar por algo en los siete meses que tengo escribiendo como un poseso aquí (bueno, ni tanto... me doy mis descansos habituales). Para no hacer el cuento largo, noté que, pese a mencionar a Aries a cada momento, no les había dado una verdadera introducción para que se interesaran por mi adorada obra. Sí, hace tiempo hablé de las siete versiones que hay de la misma, pero no revele mucho de la trama, ni siquiera de lo que en realidad trata la historia, ahora que se encuentra avanzando con paso lento y decidido. Sin muchos preámbulos, les daré hoy una semblanza de esta historia, del mundo que la rodea, y de los personajes principales... tal como debí haberlo hecho antes de mostrarles Nostalgia o Claro de Luna.
Bueno, he de decirles que no me es sencillo hacer esto, puesto que la obra avanza muchos años y trata de diversas aventuras, no en mismo sitio o bajo las mismas reglas (es parte de su complejidad, algo que no a cualquiera pueda agradarle, pero me importa un comino), pero haré mi mejor esfuerzo para que puedan comprender un poco, y yo pueda dormir en paz luego de mi terrible error.
La historia comienza con Falcon Silverseeth, un niño de escasos nueve años con una fuerte jaqueca. El pequeño no recuerda lo que hizo el día anterior, no recuerda nadie ni a nada. Su padre lo saca de la cama y le dice que ha estado enfermo, pero que ya es tiempo de volver a sus clases.Así comienza la aventura de una vida, mientras el pequeño va recordando a su familia y amigos, viviendo las aventuras de un niño normal, creciendo cada día y encontrando distintos valores. Pero todo cambia un día, cuando, debido a la malinterpretación de una riña, Falcon es supuestamente expulsado, pero en realidad es enviado a otra escuela, donde podrá entrenar sus excelentes dotes con la espada, como un miembro del equipo de esgrima. El chico va creciendo y conociendo a nuevas personas, aprendiendo que la vida es un constante cambio, al que se tiene que mantener firme y limitarse a disfrutar las cosas. A lo largo del primer libro (llamado Nihil), vemos crecer al pequeño de nueve años hasta convertirse en un valiente jovencito de dieciséis, firme en sus convicciones y ya con grandes aventuras en su haber, pero la más importante de todas: el descubrir un mundo alterno al suyo, en el que una antigua civilización prevalece a través del tiempo, gracias a la magia que los dioses les otorgaron. Mejor aún, descubre que es parte de ellos, y que tiene un gran destino por delante.
Suena algo infantil, ¿No? Esto se debe a que Nihil fue la primera historia que escribí en mi vida (la llamada Destino, de la primera edición), hace ya ocho años cumplidos. Bastante tiempo, pero a pesar de ello me negué a alterar en su mayoría la historia, pues era un buen inicio, como me gusta llamarlo, la época del Falcon perfecto, pues es como la niñez misma: una ilusión donde el mundo es color de rosa, y los problemas del mundo, los miedos mismos, parecen simples y banales. Mismo encanto que se pierde en el siguiente libro, donde la historia comienza a tomar el camino que le corresponde, un sitio más oscuro, donde la madurez implica saber que el mundo; si bien es un buen lugar, está lleno de desafíos y días por vencer. Esa es la esencia de Aries, el duro camino de una vida en el transcurso del tiempo.
El segundo libro, Aries (el verdaderamente importante), se los contaré en otra ocasión, porque sinceramente hoy tengo demasiada tarea. Si Dios y los profesores me lo permiten, nos leeremos la próxima semana.
Saludos a todos.
PD: Esta serie de mini entradas serán provisionales, mientras terminó el semestre y la cantidad titánica de labores que surjan. Hasta entonces, tendrán que conformarse con esto.