Antes del obligado receso que me vi la necesidad de tomar de toda actividad literaria, tenía un pequeño proyecto, y de no haber sido por la dedicatoria especial del lunes a los ociosos religiosos de "cierta religión", la hubiera retomado, pero admito que me vencieron las ganas de criticar que las de educar, así que ni modo. Por si algún inadaptado social se preguntaba si pienso retomar el ya comenzado taller de narrativa (que en un inicio de llamaba pseudo taller de narrativa, pero por algún motivo Blogger se niega a dejarme ponerlo así... creerá que es un tema serio, y aunque lo sea, tiene su toque ácido). Si eres uno de esos tipos que pasan el día frente a la computadora aguardando por novedades, o peor aún, tienes el sueño frustrado de llegar a ser el próximo Poe, la próxima Stephanie Meyer (no por admirable, sino por famosa) o la siguiente Francisca Solar (¿Pueden creer que encontré el otro día su libro en una feria del libro? En un botadero a precio de oferta, pero juraba que era un mito), este es el momento. Toma un cuaderno y algo con que escribir, y prepárate para ser iluminado por mi experiencia de casi una década jugando al escritor de narrativa (ocho años para ser exacto... puedes llamarlo persistencia o exceso de ganas de perder el tiempo, como gustes).
Bien, retomemos el taller...
En la entrada anterior, vimos como podíamos dar vida a un protagonista sin que terminara siendo un dios perfecto, un galán inviolable, o peor aún, el típico estereotipo del sujeto odia mujeres con el que todas quieren (entiéndase, en la literatura otaku, los casos de Sasuke, Vegeta, Kai... y un largo etcétera). En este mundo ya hay muchas personas queriendo ser perfectas, y llenar la literatura con sueños húmedos de lo que quieres ser, o el galán/chica que quieres conseguir. Pero bueno, ese tema ya está visto, y hoy nos concentraremos en el segundo paso para crear una buena historia: el escenario.
Alguna vez leí por alguna parte que en la narrativa estaba el recurso base de la imaginación. A través de nuestras palabras, guiaremos al lector al mundo que deseemos. Debemos tener este detalle siempre en cuenta, para dar la debida pulida al momento de describir, y no convertir un glorioso escenario en una burda estupidez por culpa de una coma (créeme, puede pasar).
También, por ahí leí que cualquier cosa puede ser interesante, dependiendo de la calidad del descriptor, que no es lo mismo una roca si la describió un pelafustán de esos que casi no hay, a si fue descrita por un maestro de las letras, como el maestro Gabo. Inténtalo una vez, y mira tus propios resultados.
"Gabriel García Márquez da su opinión acerca de tu descripción"
Pues bien. Nadie sabe lo que va a pensar el lector de la historia, así que es imposible saber el tipo de detalles que debemos darle en el texto para que se dé una idea del tiempo y espacio en donde está ocurriendo la acción. Algunos prefieren las narraciones al grano, donde los detalles vayan saliendo conforme son necesitados (no mencionar que a un lado del protagonista está la llave que le ayudará a salir vivo de una trampa mortal, hasta que tiene la muerte de cerca), pero otros son más exquisitos, y se decantan por las buenas descripciones, llenas de detalles y realzadas con un lindo manejo de las palabras, que consiga prácticamente hacerles ver el escenario (dicen que una imagen vale más que mil palabras... así que hacen falta más de mil palabras para que el susodicho vea una maldita imagen de lo que quieres que vea). Otros, peores casos, simplemente les gusta dar la contra, lo que nos lleva a preguntarnos, ¿Cómo diablos haremos para obtener una buena descripción? Pues eso, amigo mío, se lo deberás a dos cosas:
La primera es mitad tu habilidad, mitad el estilo que deseas obtener y el público al que quieres llegar. Actualmente, a las personas no les gusta leer enormes tomos de letras insufribles que marean hasta la saciedad; se van por cosas simples, que encuentran en la normalidad, y que muchas veces ya hasta incluyen dibujitos (para no complicarse la vida describiendo). Basados en ello, muchas personas prefieren escribir de forma dietética (sin mucho contenido, baja en grasas, fácil de digerir y desechar), con historias sin mucha trascendencia pero que mínimo roban una sonrisa o un suspiro al lector durante el corto tiempo en que se leyó... aunque se le olvide al día siguiente.
La segunda es un poco más complicada, pero es parte de la vida misma: el azar. Hay infinidad de personas, cada una con un pensamiento ajeno, así que no te compliques la vida, toma el punto uno y date por bien servido. Toma un estilo, el que te guste (yo soy a la antigua, pues crecí con las pesadas descripciones de libros como Don Quijote, Cien Años de Soledad, y otro montón que ya se me han olvidado), y úsalo. Si no te gusta (o no te sirve), cambia a otro, juega con las posibilidades y encuentra tu identidad como escritor, es un detalle muy importante (lo entenderás cuando seas grande).
En este segundo peldaño en el camino a la germinación de una historia, podemos deducir tres puntos importantes a tomar en cuenta, los cuales determinarán el giro que tendrá tu historia; pues si bien los personajes es el foco principal de la historia, el escenario es tan o más importante que estos, pues determina la calidad misma de la historia, o específicamente, la historia en sí. Piensa en estos tres puntos, uno por uno, contéstalos a manera de preguntas, y entonces podrás ir determinando un escenario propio (a menos que estés haciendo un fan fic, en cuyo dado caso el escenario viene dado por el universo en el que estás pensando, y es importante que lo respetes, ya que estás invadiendo espacio privado).
- El lugar: Es el ¿Dónde? como pregunta. Antes que nada, tienes que establecer el pedazo en el espacio en el que ocurrirá la acción. ya sea un país, un continente, un pueblito sin chiste a la mitad de la nada plagado de zombies cyborg come peluquines de profesores chafas de primaria, lo que sea, tiene que estar descrito a detalle, al menos en una hoja independiente a la historia, en una especie de archivo que podrás tomar como referencia. Como recomendación personal, te propongo hacer una pequeña lista en una hoja, donde establezcas la mayor cantidad de detalles respecto al lugar, ya sea si cuenta con veinte casitas, es habitada por enanos, todos los techos son azules, los árboles cantan, el viento sabe a caramelo... todo, descrito lo mejor que puedas, a manera que alguien más pueda leerlo y ver lo mismo que tú (haz la prueba con un amigo, pero atente a sus burlas). Es importante que lo hagas con el escenario principal, ya que los detalles que marques deberás respetarlos, a fin de no crear inconsistencias en la trama (recuerda, si pusiste un candelabro de cristal en la sala, no digas después que era un simple foco).
- El tiempo: Viene siendo el ¿Cuándo? en nuestra lista de preguntas. Encontrar el momento cronológico indicado es tan importante como el lugar, de hecho está estrechamente ligado a él, pues el lugar está en función de la época, pues a través de ella se determina el arte, la tecnología, la política y costumbres de la gente, los ademanes... ¡Todo! Elegir un determinado tiempo ayuda a profundizar en la historia, a ayudar a entender al lector porque ocurren ciertas cosas o porque no pueden ocurrir otras (aunque la mejor solución para un vaquero sea sacar una pistola de rayos láser para vencer a su enemigo, no es correcto en el Viejo Oeste). Procura agregar a la lista anteriormente mencionada, del otro lado, las restricciones y oportunidades que presenta la época que has elegido, agregando a la lista del lugar algunas descripciones adicionales que aporta ésta. Cabe resaltar que, incluso si estás trabajando en un universo creado por ti mismo, establezcas el tiempo, denotes que existió un antes y habrá un después, pues no puede coexistir todo a la vez (a menos que estés más enfermo que cualquier otro, y quieras hacer algo por el estilo "cavernícolas y robots: los mejores amigos). Inventa un tiempo, pues, pero sé fiel a él en todo momento.
- La acción: Entramos en el punto fuerte. La acción viene siendo el evento que desencadena la historia en sí. Seamos sinceros: una historia sobre un chico normal, que vive cosas normales, es tan antojable de leer como la biografía de mi vecino (que se la vive todo el día sentado en la banqueta, escuchando su radio a todo volumen). Se requiere de una trama, de algo que la haga resaltar de las demás historias, que le dé un poco de sabor (o mucho, de preferencia). Dice alguien muy sabio que no hay que dejar al lector esperando, que la acción se desencadene desde los primeros cinco minutos de lectura, para evitar que deje de leer, y tiene bastante razón. Es importante que se vea, o se deje entrever (personalmente, no soy del tipo que mete toda la carne al asador de un solo golpe) que va a ocurrir algo interesante, que será una historia con buenos giros argumentales, con un toque de originalidad, y no la burda copia del ánime/manga/libro/telenovela/película que viste el otro día. Para esto, es necesario ver las anteriores listas, junto con el protagonista tentativo que has creado, y entonces proponerte la gran pregunta: ¿Qué puedo hacer con esto? ¿Qué soy capaz de crear en base con lo que ya creado? Es probable que encuentres algo, una mínima idea del camino a seguir, y partir de ese pequeño hilo hasta crear la madeja. Si no consigues hacer nada, quiere decir que has trabajado en vano, y que requieres comenzar de nuevo (tu prota no sirve, el escenario es tan divertido como una visita a la cámara de senadores, o el tiempo no es el indicado para divertir). Como una nota, por acción no debes tomar precisamente que deben haber golpes y escenas de persecuciones de autos a gran velocidad, sino un móvil, el desequilibrio en la paz que haga comenzar a correr la historia.
"Ejemplos variados de lugares"
"Aquí tienes algunos tiempos"
"Hay infinidad de acciones que interpretar..."
Finalmente, no queda más que repetirte la regla de oro: aprende a describir, ya sea con muchas palabras o con pocas (aunque lo dudes, es más difícil darse a entender así). Ten presente el ejemplo de la roca, y que no te pase lo que a otros...
"Una roca descrita en un párrafo malo y sin puntuación (nótese su agrado de aparecer aquí)"
"Una persona con imaginación, no se limita a describir un tipo de roca"