lunes, 6 de junio de 2011

La Biblia vs. El Libro del Mormón

A pesar de lo que algunos pudieron pensar, y luego de una larga y cada vez peor ausencia, por fin puedo decir, con bombo y platillo, ¡He regresado! Y como para una persona como yo, que vive criticando a diestra y siniestra es imposible permanecer callado, ya contaba los días para tener el tiempo suficiente para dedicarlo de nuevo a crear una saludable entrada, que tal vez a algunos no les agrade (en especial a los que pudiera considerar "mis clientes frecuentes"), pero que, de cualquier manera, aquí quedará para la posteridad.
Hoy, como ya dije, le traigo más leña a uno de mis queridos clientes en el rubro de la religión. Muchos de quienes me conocen, saben que no me gustan las religiones, que me cansan sus fundamentos tontos, basados en trozos alterados de la Biblia, o peor aún, en segmentos del Antiguo Testamento que el Nuevo vino a cambiar (¿Sabías que vas derecho al Infierno por esas carnitas de puerco de la semana pasada?). Pero, de entre toda la sarta de palabrería barata y adormecedora, existe la de una religión en particular que me parece, personalmente, que tiene un enorme, pero enorme, grado de estupidez, todavía más por el mero hecho de que sigue existiendo. Es una insufrible enfermedad que se te aparece donde menos lo esperas (lo más común y aterrador: afuera de tu casa, aguardándote como su presa), vestida elegantemente pero con la actitud de un animal salvaje, usualmente en parejas de colores (o muy rubios, o muy negros, o en combo de uno de cada uno). ¿De qué diantres estoy hablando? Pues de esa peculiaridad que ronda sobre la pradera de Jehova conocida como la Iglesia de los Santos de los Últimos Días, conocidos en el bajo mundo simplemente como los mormones, o "esos tipos molestos a los que nunca les abro la puerta".

"Mamá, mamá, el coco... no mijo, son de esas parejas 'modernas'"

Pues bien, no es una simple divagación que haya decidido hablar hoy de estos ilustres seres, sino que, para comprenderlo, tendremos que indagar un poco en mi odiado exilio del blog, en la oscura época en que tenía tarea para entregar hasta la saciedad y un poco más, y que el poco tiempo que tenía lo dedicaba a buscar buenos temas para cuando, victorioso, volviera envuelto en gloria a mi amado blog y pudiera compartir con el par de inadaptados que llegaran a él algunos de mis extraños pensamientos (¿Se nota que volví algo poético?). En esa época, encontré algunos datos curiosos sobre la mencionada religión (no fue algo aleatorio, es que en realidad me castra esa iglesia, simplemente por ignorantes), y fue, como un mensaje divino, que llegó a mí la reluciente idea: ¡Tienes que hablar de ello antes que de otra cosa!
Es así, como hoy, luego de una larga espera, les presento el producto de mi investigación, algo lindo para personas que gustan de pensar un poco y de obtener argumentos para la próxima visita de esas parejitas sospechosas. Sin más los dejó con la todavía no patentada, pero espero bien distribuida:
"Lista de errores en la Palabra de los Mormones"

Dícese que, en dicha religión, existía un hombre común, corriente y americano llamado Joseph Smith, el cual gustaba de juguetear entre los prados y escribir libros proféticos en sus tiempos libres, y fruto de ese hobbie, vinieron al mundo algunos tomos que agregar a la biblioteca pseudo santa que ha de leer Dios cuando tiene ganas de unos cuantos chistes sobre él. Entre estos mágicos tomos, de nombres tan rimbombantes como terrenales, nos encontramos con: La Perla del Gran Precio (Osease que en sus tiempos ya existían los productos de lujo), Doctrinas y Pactos (Entiéndase como el libro-instructivo para ser parte de ese jueguito que cambió a llamarse religión) y finalmente, el más celebre de ellos: El Libro del Mormón, o la Biblia modificada para enaltecer a los gringos (admitiéndolo, era la única zona donde no habían podido demostrar su superioridad, y entonces... ¡Lo hicieron!).
Todo sería color de rosas, y Juanito Smith tendría credibilidad en que se le apareció no sé que Ángel (o algo por el estilo... la plantilla con la que salen todas las iglesias), si no hubiera sido por un pequeño, ínfimo detalle: ¡Sus libros están plagados de errores! Tal parece que a nuestro prospecto gringo a Mahoma se le fueron los detalles importantes, como leer la verdadera Biblia un poco más para hacer coincidir su "santa palabra" con la verdadera Santa Palabra, pero se le fueron detalles que incluso un lector común de la Biblia (como yo, que la leo de vez en cuando) pudiera descubrir. El detalle peculiar está en que, su iglesia, con más de doce millones de seguidores en todo el mundo, no se da cuenta de semejantes errores en una palabra supuestamente creada por obra de Dios.

"Estaba muy ocupado viéndose cool para la foto, que olvidó darle una última revisada a su creación"

Algunos errores, los más destacables a mi parecer, son los siguientes:

  1. El sitio del nacimiento de Jesús: Cualquier persona con un mínimo de conocimientos en teología, puede decirte que Jesús nació en Belén (hasta los melindrosos villancicos que solemos cantar en Navidad lo dicen), pero para nuestro pintoresco señor Smith (no, no Brad Pitt), Jesucristo nació en Jerusalén, pueden constatarlo en Alma 7:10 (sí, al señor le gustó que sus libros se manejaran como la Biblia misma).
  2. El oscurecimiento a la muerte de Jesús: También es muy conocido el hecho de que el cielo se oscureció a la muerte del Mesías. Sin embargo, para todos es conocido que se oscureció por 3 horas (lo dice en Lucas 23:44), pero según su bendito libro de Helaman, el cielo se oscureció por 3 días, ¿Es qué acaso Dios quiso que vivieramos engañados hasta que se le apareciera a un gringo?
  3. El inicio de la iglesia: Según la creencia popular, la iglesia comenzó a tomar forma a raiz del ministerio de Jesús, como es obvio y lógico de pensar, y está descrito en Mateo 16:18, pero para nuestros ilustres compañeros mormones, ésta inició en el año 147 antes de Cristo, vaya Dios a saber de qué manera (está dicho en Mosíah 18:17). Me pregunto yo entonces, ¿Cómo se adelantaron tanto a su tiempo?
  4. La "corrupción" de la Biblia: Según 1 Nefi 13:26-28, un profeta dijo en el 600 a.C. que muchas partes claras y precisas de la Biblia serían cambiadas. Suena contradictorio, cuando recordamos que Jesús dijo claramente "Los cielos y la tierra desaparecerán antes que la Palabra de Dios" (Matias 5:18).
  5. Lo curioso del caso anterior: Es que la palabra Biblia es de origen griego, y se creó supuestamente 1500 años después de que se usara de esta manera. Se supone que el Libro del Mormón estaba escrito originalmente en egipcio, pero según la fecha, en ese entonces se usaban solamente papiros, no libros, ¿No te suena extraño que se mencione una palabra que no existía en ese tiempo?
  6. El pecado de los niños: Según Sal. 51-5, los niños sí cometen pecado (no discutiré eso, aunque me parezca extraño), pero la dichosa palabra que se dice santa lo niega en Moroni 8:8.
  7. Los hijos de Sedequías: Según Jeremías39:6, mataron a todos sus hijos, pero nuevamente esto es negado en un libro mormón, esta vez en Heleman, en 6:10 y 8:21.
Con estos siete puntos creo que queda bien fundamentado el hecho de que este libro no ha sido inspirado por Dios, pues contradice todo lo que ya cimentó con anterioridad. Lo que sea que haya consumido el señor, fue fuerte, pero no lo suficiente para centrarlo en la verdad.
Me despido por hoy, no sin antes mostrarles el rostro de Dios cuando se enteró de que Joseph Smith andaba utilizando su nombre en un libro, y se atrevió a leerlo...
"Foto con dedicatoria al señor Smith"

PD1: ¡Las posdatas han vuelto!
PD2: Volveré pronto con una nueva entrada, enfrentando al Libro del Mormón contra su propia doctrina, ¿Sobrevivirá al combate?
PD3: ¡He vuelto!
PD4: No busco herir susceptibilidades, sino abrir ojos.