miércoles, 15 de junio de 2011

La creación de Lucifer

Es preciso aclarar que, antes de que leas esto, debas tener en cuenta ser de mente abierta, y entender que esta es simplemente mi punto de vista respecto al tema, porque ya sé que al entrar en cuestiones teológicas saltarán prontamente las personas que se sientan ofendidas, o que llamen al número de emergencias de la Santa Inquisición para que vengan por mí (aunque eso sería darme demasiada importancia). Espero que no se ofendan mucho, y que entiendan que la religión es como la expresión: libre, y cada quien puede tomar sus propios puntos de vista respecto a cualquier cosa. Nunca dos personas vemos una piedra de la misma manera.
Una pequeña nota: si eres mormón, no aplica todo lo anterior, me importa un comino tu opinión... ve a llorarle a Pepe Smith lo que te hice.
Sin más preámbulos, comencemos con el tema de hoy: Lucifer, Satanás, el diablo o como quieras llamarle a la entidad negativa de tu preferencia. Se dice que en todo existe un equilibrio, desde el inicio de los tiempos, contrastes sin los que la vida no sería vida: el blanco y el negro, la bondad y la maldad, el cielo y la tierra, el día y la noche, etcétera. Incluso a la representación de la bondad universal, nuestro Dios, Yahveh, se le ha designado desde el inicio de los tiempos una contraparte, otro ser que representara todo lo opuesto a la luz, la benevolencia y la verdad, al cual se le ha denominado de muchas formas, de las cuales podemos destacar las más conocidas: Belzebú, Satanás, Lucifer, Astaroth, el diablo, el demonio y Luzbel, entre otra enorme cantidad que ni conozco ni me interesa, pues a final de cuentas es el mismo ser, una criatura llena de odio hacia la creación de Dios, y especialmente a aquel que fue creado a su imagen y semejanza: el hombre. Satanás (llamémosle así por el resto de la entrada) ha sido nombrado como el rival número uno de todas las virtudes y dones que reposan sobre la tierra, y se le adjudican todos los problemas y errores de esta cochina humanidad, aludiendo que tiene como hobbie susurrar a los odios de las personas tentaciones, ya sea en contra de su hermano o para alimentar su propio orgullo.
"El duelo ancestral. Round 1"

Así es como el hombre, creado a imagen y semejanza de Dios, es supuestamente perfecto, lleno de virtudes y bellezas, pero con el único pecado de la inocencia, pura y casta, que cae fácilmente en las redes el maldito Satanás, que va de oído en oído, dictando malas acciones que el purísimo humano realiza ciegamente, creyendo que es correcto, pero que lo van alejando de Dios, y de las virtudes que tuvo inicialmente... o eso suelen decir las religiones extremistas. Personalmente, yo me he replanteado esta cuestión, luego de haber leído un poco la biblia, y de tener varios de esos pensamientos que se suelen tener cuando el tiempo sobra y falta la razón (cosa que me ocurre un par de veces al día... ¿Por qué creen que me gusta escribir?).
En mi humilde opinión, creo, simplemente, que el diablo que todos conocemos no es más que un burdo invento de alguien (admitámoslo, en la religión siempre terminan ganando los intereses... teníamos que ser personas). ¿A qué me refiero con esto? Comencemos aclarando la situación: no me refiero a que Satanás no exista, pues claramente se menciona en la Biblia, y por lo tanto es cierto, pero ahí se menciona en ciertas partes, que de momento no tengo presentes, que se encuentra en el Infierno, encadenado, aguardando para que ocurran los eventos descritos en el libro de la Revelación (Apocalipsis para propósitos cinematográficos), en los que podrá liberarse e intentar hacerse con el mundo, exactamente como lo haría un villano genérico de historia de quinta (para ser tan malo y tan antiguo, es muy poco original). Pues bien, este es el diablo que existe, a mí parecer muy distante del que nos pintan desde pequeños para que nos portemos bien.

"Esta noche no duermes"

Este diablo, el que te cuenta cositas malas al oído, me suena tan falso como aquello de que las indulgencias te concedían el pase directo al cielo. Si lo analizamos fríamente, encontramos que, si efectivamente nosotros somos inocentes de todo pecado originalmente, ¿Entonces somos perfectos de fábrica? Todo es culpa de un ser que se encuentra sabrá Dios donde, pero que es capaz de hablarnos, y que nosotros, con toda comodidad, podemos culpar de todo error que cometemos. Esto me lleva a pensar:
  • ¿Aquella vez que hiciste trampa en algún juego para vencer a tus enemigos, en que benefició al diablo que tú ganaras?
  • Cuando comiste más de la cuenta, hasta reventar ¿Fue el diablo que te guió a la gula, en lugar de tus ganas de comer como puerco tan ricos platillos?
  • En esa ocasión en que robaste algo, por pequeño que fuera ¿Fue para beneficio de un demonio encadenado? No lo creo, pues quien se quedó el "fruto de tu pecado" fuiste tú.
  • Beber, tomar, fumar, fornicar... ¿Es en honor del demonio o del propio placer? Yo nada más pregunto, porque se ve que quien lo hace no sufre tanto como debiera, al estar cometiendo un pecado por obedecer "voces".
No, no creo que sea un demonio quien tenga la culpa de todo aquello que te causa placer, y que luego te lleva a darle topes a la pared, pidiéndole perdón a Dios por haber disfrutado tanto con lo que "ese demonio malo" te recomendó. En mi humilde opinión, creo que todo ha sido un invento para manejar la culpa, para hacer sentir menos a las personas, reducidas a simples marionetas de seres superiores, a los que se someten completamente, esperando agradarles al seguirles ciegamente en toda acción. Tengo fe en Dios, pero no creo que su deseo sea que vivamos presos de lo que dicte, sino que disfrutemos la vida que nos ha dado, y aprendamos a entender que el susodicho demonio sí es su contraparte, pero que se encuentra encadenado por su pecado y que, todo mal que cometamos, es culpa nuestra, de nuestra falta de temple y la facilidad que tenemos a caer presos de la culpa.
Satanás es nuestro propio invento, es una parte de nosotros mismos, tal como Dios mismo lo es. Es como aquella novela llamada "El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde", en el que podemos observar claramente ambas partes de la consciencia en plena acción, representados de una manera física. En el mundo real no veremos un cambio tan drástico en las personas, pero es fácil saber cuando una persona está siguiendo a su Mr. Hyde, a la parte maligna en su ser, que es él mismo a final de cuentas, dispuesto a seguir solamente el placer propio y no la bondad de la vida. Triste, pero lo considero cierto.
Tal como dicta el epitafio de Jim Morrison, Kata ton daimona eaton, el cual tiene infinidad de significados, pero el que más me gusta es el siguiente: "Cada quien su propio demonio". Todos tenemos una parte maligna, y depende de nosotros controlarla debidamente, aprender a contenerla en situaciones de pecado, o más simple, saber discernir entre una situación verdaderamente mala y una sugestión patética (¿En serio crees que es pecado tomar café? Entonces me hundiré en el Infierno con un par de mokaccinos). No todo en este mundo está prohibido, pero como vivir es lo más difícil de esta vida, te dejo de tarea descubrir lo que está permitido y lo que no... luego me platicas.

"No puede ser, este tipo me quiere dejar sin trabajo"

Es todo por hoy... tengo ganas de pensar, no de escribir. Nos leemos la próxima semana.