sábado, 11 de febrero de 2012

¿Hacerlo o no hacerlo?

Hoy me encontraba divagando en mi casa, perdido entre miles de cosas que tengo pensadas hacer y no me animo. ¿Volver a intentar dibujar? ¿Aprender a tocar un instrumento? ¿Continuar escribiendo historias? Son tantas las cosas que tengo en la mente, tantos pendientes que quisiera realizar pero ni el tiempo ni la actualidad se presta para hacerlo. ¿Pero de qué me iba a servir estar pensando en ello, si hacerlo era una pérdida del valioso tiempo que podía usar para hacer cualquiera de esas cosas? Es tonto, pero fue la manera en que lo vi.
De cualquier manera, gracias a ello me vino entonces a la mente un pensamiento, una minúscula demostración de raciocinio que me hizo entender que, dentro de los proyectos pendientes que tengo, están también aquellos que dejé a medias. Entonces, como un rayo de luz que cae sorpresivamente en medio de un campo de cultivo, causando un severo golpe y un instante de sordidez, recordé que tenía este blog. Olvidado desde principios de Noviembre, justo en el momento en que había dicho que lo iba a tomar más en serio, por causas de fuerza mayor (el fin de mi carrera, ¿Ok? No quiero ahondar en detalles para que no parezca una página del diario de una quinceañera). Pero hoy, luego de pasar por la linda transición de estudiante a desempleado (lo cual espero ser el menor tiempo posible, dicho sea de paso), he decidido que, por menos tiempo libre que tenga y más tedio que me domine, es hora de volver.

"¡Y volver, volver... volver!!!"

Pero basta de tonterías. Como justificante para el tiempo que pase inactivo, debo decir que, ajeno a ese relleno existencial que se conoce como vida (ustedes saben: comer, dormir, terminar los estudios, buscar empleo... eso que hace uno cuando se hace pasar por ser humano), también me dediqué a concluir una parte del sueño de mi vida. Así es, un pintoresco 24 de enero del 2012 di el primer paso en mi trabajo de ya ocho años: terminé la primera parte de mi novela: Aries. No voy a profundizar mucho en ello, solamente diré que me encuentro leyéndola para revisiones y me siento como quien regresa de un largo viaje y lo primero que hace al regresar a casa es ver las fotografías de dicha aventura, recordando a los amigos que conoció y los lugares por los que estuvo. Es una sensación bastante placentera, y como dijo un amigo en una ocasión, marca una diferencia entre los escritores: ya no soy del grupo que crea proyectos que no concluye, ¡No! Por fin he logrado terminar algo.

"¡¡¡We are the champions!!!"

Me despido por hoy, esperando verlos más seguido (y esperando estar más seguido por aquí yo también).

PD: Como dato curioso (y nada presuntuoso... tal vez un poco), debo decir que mi novela tiene la pequeña cantidad de 258 capítulos, divididos en 9 partes... por si te preguntabas porque duré 8 años planeando la historia y 2 años escribiéndola... y es solamente la primera parte.
PD2: Mi nuevo proyecto se titula Nihil, y es la precuela de Aries, así que me encontrarás hablando de ello pronto.
PD3: ¿No se les hace demás de musical esta entrada?
PD4: No, no me gusta Vicente Fernandez... solamente que no pude evitar pensar en dicha canción al poner la última frase del párrafo anterior.