... The Best Is Yet To Come

Lo intenté, lo juro. Ha sido difícil desde que mi vida dio un trágico giro, y de ser un despreocupado estudiante con tiempo y ganas de sobra, hoy soy un practicante esclavizado a una empresa que me da baba por nueve de mis preciadas horas al día, todo mi ánimo y la necesidad de descansar las pocas que quedan del día. Así, una pésima rutina, se tornó mi vida en un instante, alejado de los lazos que una vez hice con personas, situaciones y lugares que llegué a considerar parte de mi vida, parte de mi mismo.
Una de estas partes es Lunaeclarum, este sitio donde arrojo mis pensamientos más dispares a un arroyo de ideas y sueños, de inconformidades y pesares que se volvían menos, o graciosos, al contacto con él. Ah, mi preciado blog, no ha cumplido todavía el año de vida, y ya le he fallado en tantas ocasiones, por una u otra razón. Pero así es la vida, unas veces tienes el tiempo y el ímpetu para alimentar esos locos sueños de juventud, como lo es para unos un deporte, un estudio, o como yo, una locura. Muchos dicen querer ser escritores, pero pocos tienen la verdadera vocación, el juramento a ser fieles a ciertas leyes innegables, a ser más allá del fanfiquero promedio que escribe para sí mismo, y que se enfada ante la mínima crítica. No sé cual sea mi posición, pero estoy en esa enorme cifra de soñadores, esperando tantas cosas de un mundo que no ofrece nada a nadie... pero ya me he salido del tema principal.
Esto ya no es otra disculpa barata, tampoco es la promesa de un horario que mi vida ya no puede respetar. Esta es una corta despedida, un adiós temporal a alzar la voz mediante las letras, a pensar por mí mismo, por los sueños que el mundo me niega a dar. Me voy por un tiempo, no conozco exactamente cuanto, y es más que nada debido a los muchos deberes que he obtenido ahora que estoy en vísperas de convertirme en un miembro productivo de esa sociedad de la que tanto hablé. Lo sé, apesta, pero no hay otra manera como vivir la vida actualmente, sino es de esa manera: dejarte llevar por la corriente. sentir que de verdad pertenes a eso me está matando por dentro, pero es parte de crecer, ¿No? Ir abandonando los dulces sueños de juventud, las locuras que una vez pensaste posibles, y encontrar tu lugar dentro de la vida real, que por más que pienses y planees, siempre estará ahí esperándote, con sus golpes de verdades listos para tus mejillas.
Ya no le daré más rodeos y lo diré: por tiempo indefinido dejaré el blog. Me entristece mucho, pero mis obligaciones actuales me impiden dedicarle tiempo a mi verdadera pasión, al menos por un par de meses más. Tal vez regresé antes de lo planeado, tal vez no tenga tiempo después, tal vez escriba ocasionalmente.
No daré más explicaciones. Es todo por lo pronto, pero como dice la hermosa canción con la que se despidiera el grupo Scorpions: The Best Is Yet To Come. Vendrán tiempos mejores, en los que de verdad pueda decir lo que piense, en los que tenga tiempo para mí mismo, para mi sueño...
Hasta pronto, cuidense mucho, gracias por haber leído mis locuras... y esperen sentados una actualización del lugar, si tienen el gusto, porque no sé cuanto tarde.
PD: De verdad lamento esta situación, pero prefiero no mentirme a mi mismo diciéndome que pronto podré, ni mentirles a ustedes... escribo si las cosas me nacen, y ahorita no me nace más que dormir.

Mensajes negativos en una botella


Hoy me levanté con el pie izquierdo... no, mejor digamos que me caí de la cama, di unas veinte vueltas y luego me fui de bruces sobre la pared. Ya, en serio, por alguna extraña razón, desperté con un genio de los mil demonios, harto de la vida y sus a veces frustrantes giros argumentales. Pese a ello, tuve que levantarme del agujero al que fui a parar, y seguir con el día como si tuviera esa enorme sonrisa que el mundo te exige cada que te ve molesto, triste, frustrado, cansado, harto, sin fuerzas, sin ganas, sin ánimos... etcétera. Y hasta ahora me pregunto ¿A ellos que rayos les importa si a ti te carga el demonio? ¿Acaso su día se echa a perder porque tú no estás sonriéndole a ese mugre sol que te quema los ojos?
Pensando en esto y en muchas cosas más, hoy he decidido escribir una nueva entrega del "Twitter fantasma", o sea, las frases que pondría en una cuenta de esas si la tuviera, pero me da una flojera hacerla, abrirla y mantenerla, que prefiero desperdigar aquí todas las frases que voy guardando. Así, si a alguien le interesa mi pequeña filosofía negativa de bolsillo, es bienvenido de pasar y leer un poco.
Bien, y sin más, aquí tienen mi horrendo día transcrito en frases para odiar a medio mundo:

"Creer en la fe es vagar en un camino espinado, sin ojos, hasta perder la razón"

"olvidamos lo que somos por convertirnos en otra imagen, más propia a lo que el mundo exige"

"Entiendo que la vida se maneja por hilos, mismos de los que yo carezco"

"Tantas oportunidades caen sobre tan pocas personas, que no puedo más que reírme de ello"

"Una vez vencido... mil veces vencido"

"Dejar que los demás te miren sobre el suelo es otorgarles tu corazón en bandeja de plata"

"No solamente la vida es un campo de batalla, también nuestro interior"

"Todo lo que pienses, tarde o temprano te arrasará como una ola"

"Sueña... y paga las consecuencias por tan altas expectativas con una dosis de realidad"

"¿Qué podemos pedirle a un mundo que se consume a sí mismo día a día?"

"No tengas altas expectativas... terminarás comiéndolas de un momento a otro"

"Siempre ocurre: muere quien no debe por el motivo equivocado"

"Caminar es alegre, es ser feliz mientras un grupo de desconocidos te va lanzando pedradas"

"Si pensar es un crimen, que triste es pagar una condena por contener estupideces"

"Inventamos la comunicación, y no somos capaces de reconocernos a nosotros mismos"

"Hermosos, galantes, impecables... y a la vez tan ruines"

"Una cara para la vida, otra para la muerte... y una para la verdad"

"Todos somos farsantes, en especial aquellos que lo dicen reconocerlo"

"¿Para qué intentarlo? Ya otros han fracasado antes"

"Unos nos pudrimos entre la miseria, otros en donde les da la gana"

¿Les han servido de psicología inversa? ¿Les parecen muy pocas? No ando de ánimo para pensar más de lo que ya pensé. Úsenlas como les dé la gana, sin precaución, y recuerden: es normal levantarse un día de malas, a todos nos pasa... e incluso esos días se deben disfrutar, así, llenos de nubes negras y tormentas.
Saludos.

Zoológico humano: el topo

Ayer iba a escribir algo, lo juro, pero simplemente desde que comencé mis residencias profesionales el tiempo se me escurre de las manos como nada... ¿No les había contado? Dentro de cuatro meses dejaré de formar parte del tierno y poco productivo sector estudiantil, así que me encuentro en el trágico final: servirle, prácticamente de manera gratuita, a una empresa... pero esa historia se las contaré en otra ocasión. Hoy tenemos otro tema importante a tratar.
Ya sé que hace tiempo que no critico sin consideración algo, ¿Pero qué creen? He vuelto a las andadas, y con nada más y nada menos que un tema con mucha tela para cortar. Pero no comas ansias, pequeño curioso, es mejor que lo tomes con calma, porque de una vez te digo que la crítica habla de un tema que ya llevó bastante tiempo tratando en las pocas apariciones que he tenido en el blog luego de mi medio cambio de vida: la literatura, aunque más específicamente, la literatura novata, aficionada, o como se dice en la nueva era, los fan fics. ¿Te suena interesante?
Dentro de este universo hay infinidad de tela donde cortar, yéndonos desde los más grandes escritores y grandes promesas... hasta otros tristes casos difíciles de mencionar. Digo, no soy una persona inflexible, sé que hay que pasar por muchas fases antes de ser un escritor medianamente decente, pero hay ocasiones en que las cosas se tornan demasiado turbias para mi gusto, detalles que van desde un pequeño error de ortografía que cambia un contexto, hasta disparates que harían quedar a un filme de Tim Burton como algo completamente coherente (con la pequeña diferencia que este tipo de historias novatas, en su mayoría suelen ser un asco).
Me gusta criticar historias en foros de aficionados, desconozco la razón. Sé que no es por el placer morboso de destruir las ansias de gloria del próximo Poe, ni por robarme ideas de esos escritos tan llenos de "originalidad" (pongámoslo así: originalidad es a fanfic genérico como cerebro es a piedra). No, simplemente me gusta ver la capacidad de chicos de mi generación con la misma inquietud que yo hacia la literatura (queda descartado todo imbécil que lo haga "pk ez 1 joBvy i nd +", porque si has de hacer las cosas, mínimo hazlas bien), o llámenlo como quieran.
Estando en un par de dichos foros por cerca de dos meses, me he dado cuenta de la "fauna" que habita esa clase de ecosistemas (sin querer insultar a nadie, todos somos animales), y es precisamente lo que he elegido criticar hoy, una de las muchas especies que podemos encontrar ahí, ¿Qué opinan?

"Audio recomendado mientras leer esta clase de entradas (descansa en paz Steve Lee, dondequiera que estés)"
Este primer tipo de animal no es más común que el clásico adulador de quinta que quiere sobresalir a base de lamer traseros ajenos o el fósil que tiene un par de años publicando, y que ya se siente dueño y señor de ese ínfimo pedazo de la red mundial. No, es un poco más raro de encontrar, pero suele haber, mínimo, uno de esta especie en cada foro de escritores (si has detectado más de uno en tu sitio predilecto, te recomiendo huir inmediatamente del sitio y negar todo nexo con él). Son raros, pero tomaron la extinción como un reto personal, y parece que en últimas fechas han crecido (lo adjudico a esos intentos del demonio que sueldo subir el orgullo de personas sin talento, llámese facebook, twitter, etcétera). A falta de un mejor término, les denominaré topos, porque nada más se preocupan por hacer su trabajo mientras llenan de tierra a los demás, ¿Te has sentido aludido?
Un topo es todo aquel usuario de un foro con una mediana capacidad para escribir en un foro (ésta va desde saber darle golpes al teclado a lo imbécil hasta la capacidad de robarse las ideas de alguien más, confundiendo la creatividad con una mala memoria para recordar autores) y que cuenta con el tiempo libre suficiente para desarrollar una trama aceptable por un profesor de primaria, esos que sólo califican que tenía inicio, cuerpo y final. Gracias a la burda ilusión de creerse ya un experimentado escritor por la experiencia adquirida, nuestro animalito va forjando una actitud de sabelotodo, y peor aún, decide ser la luz de otros en el duro camino de la literatura (que al día de hoy es tan duro como una almohada, pero bueno...), y se inscribe a un foro, en el que los mortales podrán regocijarse con el fruto de su esfuerzo (o del tiempo libre que otorga la carencia de vida social... generalizando), además de poder servirse de los conocimientos del próximo premio Nóbel, el Sr. Topo.

"Respétalo, él hará que tu mugrosa historia sea digna de ser leída"
Bien, eso es lo que esta especie cree que es para nosotros. En realidad, el topo es una monserga erguida, molesta como un salpullido en ya sabes donde, que tiene de sabio lo que yo de famoso (topos del mundo, ya saben como ser sabios, ¡Háganme famoso!). Apenas se digna un humilde prospecto a cuentista a publicar su primera obra cuando ya tiene al animal encima de él, castrando la vida con un comentario que, dada su basta experiencia y capacidad intelectual, sigue más o menos esta plantilla:

"FulanitoX {Coloque aquí nombre del autor}, a tu historia le falta... {inserte aquí comentario sin gracia, muchas veces ni siquiera acorde a lo que es la historia o a sus errores}. Seguiré leyéndote {traducción: que te lea tu madre, yo sólo estoy buscando fans. Nótese la carencia de una solución o recomendación}.
Por cierto, pásate a mi historia, te encantará {osea: no sirves como escritor, mejor sé mi lamebotas, no quiero verme humillado, ¡Pero te suplico que me leas!}."
Comentario de Topo41 sobre la historia de cualquiera.

Lo más triste es que ahí no acaba la historia. El colmo del topo es la absoluta negación a toda opinión ajena a su cabeza. En su tonto mundo, lo que él dice es una verdad absoluta, y no podrás hacerlo desistir de lo que sea que este alegando sin argumentos. Si alguna vez te topas con un especímen de éstos, lo más seguro es la negación, ignorarlo por completo, y continuar con tu labor como si nada hubiese ocurrido.
Lamento la poca frecuencia de entradas, me encuentro cambiando de vida. Algo tengan por seguro: Lunaeclarum no va a morir... todavía.
Saludos.

Utopía. Capítulo 1

1. Beldad De Grandes Ojos Negros.

Caminaba despacio, buscando entre los pasillos de esa escuela algo de familiaridad, aunque no hubiera estado nunca. Entonces la vio acercarse. No recordó mujer más hermosa en su vida, con su largo cabello negro y esos enormes ojos destellantes. No necesitó un pretexto para acercarse, robarle un par de palabras e indagar su nombre. No lo dijo, sino solamente —me dicen Zen... —. Los minutos se volvieron horas, y él pudo sentir algo naciendo en su pecho. Hubiera sido amor, sino escuchara de su boca salir.
—Tengo novio.
El mundo se le vino abajo en un instante, pero no podía apartarse de esa beldad, cuya voz calmaba sus dudas, repitiéndole de espaldas que no sería suya. Una hora fue poco tiempo, y ella decidió marcharse. Una despedida con un suave beso a la mejilla fue dulce, pero más dulces fueron las últimas palabras que le dijo, antes de desaparecer.
—No había conocido un chico más dulce que tú, podríamos tener algo grande.
Odiaba admitirlo, él no era de esa manera, pero en el comentario, encontró esperanza, por encima del enamorado que, sin conocerlo, ahora tenía por enemigo.

Cambio de horario

Bueno, ayer tuve un compromiso imprevisto y al final hice lo de costumbre: no publicar. Sé que lo he hecho muy seguido últimamente, y es lo que me ha llevado a tomar una decisión. A partir de hoy, Lunaeclarum toma un nuevo horario de publicaciones, y es el siguiente:
"A partir de hoy, no hay horario de publicación"
¿Qué quiero decir con esto? Que publicaré cuando me dé la gana. Conociéndome, sé que será más seguido que como ahora, que los horarios me limitan y a veces simplemente no tengo tiempo en lunes o miércoles. He tomado esta decisión con tal de no abandonar el blog, y espero que sea de su agrado.
Sí, ahora tendrán que darse vueltas ocasionalmente para saber si hay algo nuevo.
Un saludo a cualquier ente extraño que lea esto.

Viendo Mi Silueta En la Ventana

No ha sido fácil. Comenzar una nueva etapa de mi vida mucho más cansada que la anterior, que prácticamente consume mi tiempo entero, ha complicado un poco el hecho de poder seguir dignamente con mis proyectos ociosos (les digo así porque no me producen más que satisfacción personal). Sin embargo, he hecho un gran intento por mantener en pie tanto el blog (aunque no se note por la ausencia de la semana pasada), como los dos proyectos paralelos que llevo por el momento: el de toda la vida: Aries, y el que les he mencionado en la entrada pasada: Utopía.
Como dato curioso, admito que no son proyectos tan paralelos, pues como acostumbro, todas las historias que escribo, llegan a enlazarse en cierto punto a la historia principal: Aries, ¿Por qué? Simplemente porque ya cree un universo completo, o al menos voy haciéndolo, y no solamente una historia pasa en un mundo, sino que muchas convergen para llegar a un grandioso punto en el que se desaten los verdaderos sucesos importantes... simplificando, cualquier nimiedad que ocurra en el mundo es importante, ¿Ok? Además, cada historia va mostrando personajes o sucesos que luego desatan otros sucesos en otras historias (me fascina el efecto dominó).
Pues bien, dejando de llorar por la carencia de tiempo, comencemos de lleno con lo de hoy. Hoy tuve la alegría de dar final lo que podría venir a ser la primera "temporada" de Utopía (ya sé que no es el gran mérito, pues son capítulos de menos de 200 palabras), y descubrí un pequeño detalle: me quedé "picado", quería escribir más, y aunque tengo la séptima parte de Aries detenida justo en vísperas de su segunda parte (complicaciones que solamente yo entiendo...), decidí escribir hoy una pequeña historia a manera de entrada, entrando en la vida de uno de los personajes de Aries, específicamente una chica. Tal vez a algunos les canse ella, pero desde hace tiempo tenía planeada esta historia, así que pasan a molestar a su progenitora (¿Qué nos cuesta hablar con propiedad?). Se trata de una de las principales protagonistas, a pesar de su peculiar personalidad: Marian, el amor platónico de Falcon y de muchos otros. Espero que sea de su agrado.


Viendo Mi Silueta En la Ventana
Hacía poco que el cielo había detenido su estruendoso llanto, dejando una linda estela multicolor sobre su faz. Las gotas corrían libremente por el fino cristal de un ventanal sobre el techo, por donde los vencedores rayos de luz conseguían atravesar las nubes, y colarse hasta ese lecho donde descansaba, mirando uno de los más bellos milagros de la creación: la victoria sobre el caos, la luz después de la oscuridad, la calma que sobreviene a la tormenta.Sonreía, pendiente de todo detalle. Pequeñas figuras sobre las nubes la saludaban, invitándola a un reino donde los hogares no tenían paredes, y los límites eran un mito para que los pequeños se fueran a dormir; donde despertar en un sitio diferente al usual no era incorrecto, sino una bendición de la libertad que se otorgaba, de la seguridad de un mundo donde los sueños volaban a placer, y los soñadores disfrutaban eternamente de ese don tan mal visto para los seres con los pies sobre la tierra. Lo veía cada día, soleado o con tormenta: personas que no podían ver más allá del horizonte, que caminaban por un sendero recto en pos de más sendero, sin sed ni hambre, y con el mismo gesto burdo en el rostro. No sólo lo veía, sino que lo sentía a veces cerca, pues uno de tantos caminantes sin errar era su padre.
De nacimiento llamado Johannes, era un ser moldeado a placer por sus antepasados, creado para gobernar el emporio que su familia engendrara a base de esfuerzo y de seguir el camino recto. Sí, tenían dinero de sobra y posesiones excedidas, pero carecían de los bienes más básicos que requiere un humano: un lazo afectuoso con la familia, un par de palabras de aliento y la necesidad de verse al menos una vez por día. Triste, pero cierto, Marian no sentía gran aprecio por su padre, al que veía llegar a medianoche, mientras ella se perdía en un hermoso cielo estrellado. Se limitaba a entreabrir la puerta, saludar con la mano secamente, y continuar su andar como un muerto viviente hasta el lecho matrimonial, donde lo esperaba el aroma de una mujer que se fue, y un sinfín de recuerdos de lo que el trabajo le robó y ahora él pensaba ahogar en esa misma causa; un círculo vicioso que lo estaba destruyendo lentamente.
Además de él, se encontraba la pequeña Pam, su hermana menor. Una pequeña vivaz de grandes ojos y sonrisa picara, que pareciera haber sacado toda la energía que la misma Marian carecía. Corría de un lugar a otro de la casa, creando casitas con los cojines de la sala, pasteles gourmet con las sobras de la cena o un estruendoso mar de aventuras en la bañera. Gozaba de gran imaginación, seguramente lo único que compartían como familia. Más de un par de veces dejó a un lado su auto imagen de señorita de sociedad para sentarse en el suelo y jugar con ella como una niña más, ensuciándose con espagueti mohoso y pan duro para lograr que el pastel quedará erguido. No le gustaba admitirlo, pero eran los momentos más felices que tenía.
Sus salidas se limitaban a tirar la basura por las tardes y en acudir al viejo columpio del patio, el cual hiciera su padre cuando todavía tenía la costumbre de vivir. Ahí se mecía por horas, mirando a la gente pasar, riendo y disfrutando por encima de la baranda de su casa, su propia prisión personal donde nada pasaba, donde la seguridad era tanta que aburría, donde los sueños escapaban en soledad al mundo, deseando morir en ese instante. A veces, cuando miraba pasar muchas veces a la misma persona, solía imaginar su nombre, incluso su vida, basándose en lo que alcanzaba a ver. Había un chico de gorra; siempre pasaba por las tardes con una enorme caja blanca que le impedía ver el camino, el cual parecía ya saberse de memoria. Ella pensaba que en esa caja cargaba dulces, y que los llevaba a un orfanato donde muchos niños disfrutaban y eran felices por la buena acción. Otra mujer solía transitar dos o tres veces por semana, vestida elegantemente, con un paso apresurado y a la vez presumido. A ella le dio la imagen de una dama aristocrática caída en decadencia, que ahora se entrenaba para correr un maratón y recuperar algo del dinero que perdió apostando en los grandes casinos del primer mundo.
Así de absurdas eran sus ideas, pero también así de absurdo era su mundo.
Todo lo que tenía era ese mundo entre cuatro paredes, en el que ella y su pequeña hermana se iban volviendo locas lentamente. Ni siquiera los tutores privados que su padre contratara servían para calmar su sed de libertad. Ellos le hablaban de un mundo maravilloso, al cual podría acceder el día que estuviera preparada para afrontar los retos que le plantaran cara. Cada vez que venía el tema a colación, solía asentir molesta, pensando que tenía demasiado tiempo lista que comenzaba a olvidarlo, y que tanto entrenamiento solamente la podría convertir en una como ellos: una aburrida instructora para presos sin ilusiones. Le aterraba la idea.
Pero esa tarde tuvo un presentimiento, la tibia sensación de que las cosas serían diferentes. Su corazón estaba acelerado, como si le fueran a dar una gran noticia, y no dejaba de pararse de su cama y dar vueltas a la alcoba, intentando calmar su sentimiento de desesperación. La lluvia vino a distraerla un poco, chocando contra el hermoso ventanal de vidrio que su padre le instalara en el techo, luego de saber las horas que pasaba mirando el cielo bajo ese viejo columpio. Con él, podía observar cómodamente su espectáculo favorito: el amanecer, así como las nubes y estrellas, con sus formas caprichosas y tan dispares.
Algo cambiaría, lo sabía. La tormenta estaba avecinándose de nuevo, y las nubes oscuras fueron cubriendo con lentitud los rayos de sol que se creían triunfantes. Una tenue oscuridad invadió su habitación, y escuchó los gritos de Pam en la sala. Estaba a punto de ir a cuidarla, cuando un relámpago le mostró algo extraño. Luego de la fuerte luz, vino un momento de silencio, y la oscuridad fue casi completa, permitiendo a Marian verse a sí misma sobre el reflejo del cristal. Se olvidó de Pam, de la lluvia, de su presentimiento.
Había dejado de ser la niña encerrada, la que guardaba silencio ante las órdenes de un padre ausente, casi inexistente, y debía comportarse como tal. Seguir bajo el yugo del padre era un gusto propio que estaba a punto de dejar de darse, cansada de pensar que moriría sin ilusiones como su madre, de una enfermedad generada desde adentro, seguramente consecuencia de callar tantas inconformidades. Ese presentimiento no se cumpliría si no ayudaba a hacerlo, y algo era seguro: ese día ocurriría.
Esperó a su padre, y en cuento llegó, saludando con su fría costumbre, le mostró que ya era una mujer, y que no seguiría bajo su brazo.
«Viendo mi silueta en la ventana, comprendí que necesita dejar de ser tu niña, para comenzar a ser yo»

Viendo Mi Silueta En la Ventana

No ha sido fácil. Comenzar una nueva etapa de mi vida mucho más cansada que la anterior, que prácticamente consume mi tiempo entero, ha complicado un poco el hecho de poder seguir dignamente con mis proyectos ociosos (les digo así porque no me producen más que satisfacción personal). Sin embargo, he hecho un gran intento por mantener en pie tanto el blog (aunque no se note por la ausencia de la semana pasada), como los dos proyectos paralelos que llevo por el momento: el de toda la vida: Aries, y el que les he mencionado en la entrada pasada: Utopía.
Como dato curioso, admito que no son proyectos tan paralelos, pues como acostumbro, todas las historias que escribo, llegan a enlazarse en cierto punto a la historia principal: Aries, ¿Por qué? Simplemente porque ya cree un universo completo, o al menos voy haciéndolo, y no solamente una historia pasa en un mundo, sino que muchas convergen para llegar a un grandioso punto en el que se desaten los verdaderos sucesos importantes... simplificando, cualquier nimiedad que ocurra en el mundo es importante, ¿Ok? Además, cada historia va mostrando personajes o sucesos que luego desatan otros sucesos en otras historias (me fascina el efecto dominó).
Pues bien, dejando de llorar por la carencia de tiempo, comencemos de lleno con lo de hoy. Hoy tuve la alegría de dar final lo que podría venir a ser la primera "temporada" de Utopía (ya sé que no es el gran mérito, pues son capítulos de menos de 200 palabras), y descubrí un pequeño detalle: me quedé "picado", quería escribir más, y aunque tengo la séptima parte de Aries detenida justo en vísperas de su segunda parte (complicaciones que solamente yo entiendo...), decidí escribir hoy una pequeña historia a manera de entrada, entrando en la vida de uno de los personajes de Aries, específicamente una chica. Tal vez a algunos les canse ella, pero desde hace tiempo tenía planeada esta historia, así que pasan a molestar a su progenitora (¿Qué nos cuesta hablar con propiedad?). Se trata de una de las principales protagonistas, a pesar de su peculiar personalidad: Marian, el amor platónico de Falcon y de muchos otros. Espero que sea de su agrado.

Viendo Mi Silueta En la Ventana