Lo intenté, lo juro. Ha sido difícil desde que mi vida dio un trágico giro, y de ser un despreocupado estudiante con tiempo y ganas de sobra, hoy soy un practicante esclavizado a una empresa que me da baba por nueve de mis preciadas horas al día, todo mi ánimo y la necesidad de descansar las pocas que quedan del día. Así, una pésima rutina, se tornó mi vida en un instante, alejado de los lazos que una vez hice con personas, situaciones y lugares que llegué a considerar parte de mi vida, parte de mi mismo.
Una de estas partes es Lunaeclarum, este sitio donde arrojo mis pensamientos más dispares a un arroyo de ideas y sueños, de inconformidades y pesares que se volvían menos, o graciosos, al contacto con él. Ah, mi preciado blog, no ha cumplido todavía el año de vida, y ya le he fallado en tantas ocasiones, por una u otra razón. Pero así es la vida, unas veces tienes el tiempo y el ímpetu para alimentar esos locos sueños de juventud, como lo es para unos un deporte, un estudio, o como yo, una locura. Muchos dicen querer ser escritores, pero pocos tienen la verdadera vocación, el juramento a ser fieles a ciertas leyes innegables, a ser más allá del fanfiquero promedio que escribe para sí mismo, y que se enfada ante la mínima crítica. No sé cual sea mi posición, pero estoy en esa enorme cifra de soñadores, esperando tantas cosas de un mundo que no ofrece nada a nadie... pero ya me he salido del tema principal.
Esto ya no es otra disculpa barata, tampoco es la promesa de un horario que mi vida ya no puede respetar. Esta es una corta despedida, un adiós temporal a alzar la voz mediante las letras, a pensar por mí mismo, por los sueños que el mundo me niega a dar. Me voy por un tiempo, no conozco exactamente cuanto, y es más que nada debido a los muchos deberes que he obtenido ahora que estoy en vísperas de convertirme en un miembro productivo de esa sociedad de la que tanto hablé. Lo sé, apesta, pero no hay otra manera como vivir la vida actualmente, sino es de esa manera: dejarte llevar por la corriente. sentir que de verdad pertenes a eso me está matando por dentro, pero es parte de crecer, ¿No? Ir abandonando los dulces sueños de juventud, las locuras que una vez pensaste posibles, y encontrar tu lugar dentro de la vida real, que por más que pienses y planees, siempre estará ahí esperándote, con sus golpes de verdades listos para tus mejillas.
Ya no le daré más rodeos y lo diré: por tiempo indefinido dejaré el blog. Me entristece mucho, pero mis obligaciones actuales me impiden dedicarle tiempo a mi verdadera pasión, al menos por un par de meses más. Tal vez regresé antes de lo planeado, tal vez no tenga tiempo después, tal vez escriba ocasionalmente.
No daré más explicaciones. Es todo por lo pronto, pero como dice la hermosa canción con la que se despidiera el grupo Scorpions: The Best Is Yet To Come. Vendrán tiempos mejores, en los que de verdad pueda decir lo que piense, en los que tenga tiempo para mí mismo, para mi sueño...
Hasta pronto, cuidense mucho, gracias por haber leído mis locuras... y esperen sentados una actualización del lugar, si tienen el gusto, porque no sé cuanto tarde.
PD: De verdad lamento esta situación, pero prefiero no mentirme a mi mismo diciéndome que pronto podré, ni mentirles a ustedes... escribo si las cosas me nacen, y ahorita no me nace más que dormir.
Una de estas partes es Lunaeclarum, este sitio donde arrojo mis pensamientos más dispares a un arroyo de ideas y sueños, de inconformidades y pesares que se volvían menos, o graciosos, al contacto con él. Ah, mi preciado blog, no ha cumplido todavía el año de vida, y ya le he fallado en tantas ocasiones, por una u otra razón. Pero así es la vida, unas veces tienes el tiempo y el ímpetu para alimentar esos locos sueños de juventud, como lo es para unos un deporte, un estudio, o como yo, una locura. Muchos dicen querer ser escritores, pero pocos tienen la verdadera vocación, el juramento a ser fieles a ciertas leyes innegables, a ser más allá del fanfiquero promedio que escribe para sí mismo, y que se enfada ante la mínima crítica. No sé cual sea mi posición, pero estoy en esa enorme cifra de soñadores, esperando tantas cosas de un mundo que no ofrece nada a nadie... pero ya me he salido del tema principal.
Esto ya no es otra disculpa barata, tampoco es la promesa de un horario que mi vida ya no puede respetar. Esta es una corta despedida, un adiós temporal a alzar la voz mediante las letras, a pensar por mí mismo, por los sueños que el mundo me niega a dar. Me voy por un tiempo, no conozco exactamente cuanto, y es más que nada debido a los muchos deberes que he obtenido ahora que estoy en vísperas de convertirme en un miembro productivo de esa sociedad de la que tanto hablé. Lo sé, apesta, pero no hay otra manera como vivir la vida actualmente, sino es de esa manera: dejarte llevar por la corriente. sentir que de verdad pertenes a eso me está matando por dentro, pero es parte de crecer, ¿No? Ir abandonando los dulces sueños de juventud, las locuras que una vez pensaste posibles, y encontrar tu lugar dentro de la vida real, que por más que pienses y planees, siempre estará ahí esperándote, con sus golpes de verdades listos para tus mejillas.
Ya no le daré más rodeos y lo diré: por tiempo indefinido dejaré el blog. Me entristece mucho, pero mis obligaciones actuales me impiden dedicarle tiempo a mi verdadera pasión, al menos por un par de meses más. Tal vez regresé antes de lo planeado, tal vez no tenga tiempo después, tal vez escriba ocasionalmente.
No daré más explicaciones. Es todo por lo pronto, pero como dice la hermosa canción con la que se despidiera el grupo Scorpions: The Best Is Yet To Come. Vendrán tiempos mejores, en los que de verdad pueda decir lo que piense, en los que tenga tiempo para mí mismo, para mi sueño...
Hasta pronto, cuidense mucho, gracias por haber leído mis locuras... y esperen sentados una actualización del lugar, si tienen el gusto, porque no sé cuanto tarde.
PD: De verdad lamento esta situación, pero prefiero no mentirme a mi mismo diciéndome que pronto podré, ni mentirles a ustedes... escribo si las cosas me nacen, y ahorita no me nace más que dormir.