No ha sido fácil. Comenzar una nueva etapa de mi vida mucho más cansada que la anterior, que prácticamente consume mi tiempo entero, ha complicado un poco el hecho de poder seguir dignamente con mis proyectos ociosos (les digo así porque no me producen más que satisfacción personal). Sin embargo, he hecho un gran intento por mantener en pie tanto el blog (aunque no se note por la ausencia de la semana pasada), como los dos proyectos paralelos que llevo por el momento: el de toda la vida: Aries, y el que les he mencionado en la entrada pasada: Utopía.
Como dato curioso, admito que no son proyectos tan paralelos, pues como acostumbro, todas las historias que escribo, llegan a enlazarse en cierto punto a la historia principal: Aries, ¿Por qué? Simplemente porque ya cree un universo completo, o al menos voy haciéndolo, y no solamente una historia pasa en un mundo, sino que muchas convergen para llegar a un grandioso punto en el que se desaten los verdaderos sucesos importantes... simplificando, cualquier nimiedad que ocurra en el mundo es importante, ¿Ok? Además, cada historia va mostrando personajes o sucesos que luego desatan otros sucesos en otras historias (me fascina el efecto dominó).
Pues bien, dejando de llorar por la carencia de tiempo, comencemos de lleno con lo de hoy. Hoy tuve la alegría de dar final lo que podría venir a ser la primera "temporada" de Utopía (ya sé que no es el gran mérito, pues son capítulos de menos de 200 palabras), y descubrí un pequeño detalle: me quedé "picado", quería escribir más, y aunque tengo la séptima parte de Aries detenida justo en vísperas de su segunda parte (complicaciones que solamente yo entiendo...), decidí escribir hoy una pequeña historia a manera de entrada, entrando en la vida de uno de los personajes de Aries, específicamente una chica. Tal vez a algunos les canse ella, pero desde hace tiempo tenía planeada esta historia, así que pasan a molestar a su progenitora (¿Qué nos cuesta hablar con propiedad?). Se trata de una de las principales protagonistas, a pesar de su peculiar personalidad: Marian, el amor platónico de Falcon y de muchos otros. Espero que sea de su agrado.
Viendo Mi Silueta En la Ventana