Esta es la enésima vez que lo digo: ésta es la definitiva. Luego más de un año entre divagues y curiosidades que a nadie le importan, este blog ha transitado en una pasividad un tanto castrante que me hizo replantearme en un par de ocasiones qué diablos hacía con este espacio sin utilizar (otro nombre desperdiciado, como tanto me quejé en inicios del lugar).
Pero bueno, no estoy aquí para volver a decir: "juro por Dios que no vuelvo a abandonarte, fruto de mis entrañas", porque ya me aburrí a mí mismo con el cuento de no terminar. Lo que sí quiero decir es que le quiero (y me quiero) dar otra oportunidad con el blog, ya que descubrí que la vida no es igual luego de tener un lugar donde quejarte, ¿Y qué mejor si alguien los pudiera leer por casualidad? Admitámoslo, a todos nos gusta que nos hagan caso.
Pues bien, como pudieron observar aquellos que han entrado un par de veces antes, notarán que el blog sufrió su tercer cambio de imagen durante su vida, uno que me ha parecido especialmente lindo y elegante, y con el que espero demostrar que todavía queda Lunae Clarum para un rato, y que las entradas tendrán un poco más de sentido... eso último mejor no, sinceramente no creo hacerlo.
Esperando que sea de su agrado, declaro que hoy iniciamos una nueva época en el blog, con más constancia, consistencia y consciencia, un periodo azul, podríamos llamarlo... porque el blog ahora es azul y porque me da la gana.
Espero verlos por aquí más seguido, y que me vean a mí también.