Anuncios, desvaríos y paja para no escribir una entrada


Me he fijado que muchas personas que combinan un blog con la literatura hacen algo (sí, el otro día me puse de chismoso en uno que otro blog de personas que postean historias en la página donde decidí subir Nostalgia). Un 99.99% (jamás me verán asegurar algo por completo, es parte de mi manera de ser: nada es seguro) de dichas personas solía utilizar su pedazo de internet para informar al mundo de los avances realizados en sus historias, de lo que habían pasado para poder llegar hasta ese punto y de los planes a futuro que tenían para el blog, sus historias y su mundo en general. Solamente un blog no hizo tal cosa, y fue este:


Me da una pequeña sensación de déja vú... ¿Por qué será?

Últimamente he andado rondando la idea de que la vida no se trata de dar la contra, y que si las personas hacen las cosas es por alguna razón (¡Por Dios! ¡He descubierto el agua tibia!), así que, para darle un buen golpe al karma y al orden cósmico, he decidido seguir el honorable ejemplo de todo puberto con ansías de lograr una pizca de gloria en el complicado mundo de la literatura, y dedicar esta entrada a la banal tarea de hacer una recopilación de lo que he hecho y de lo que haré, en un desplante de completo egocentrismo, para el que le importe un comino a lo que dedico mis horas de ocio (y las que no deberían serlo, pero las hago debido a esta incierta manía de escribir a todas horas... bendita tecnología que creó el celular con word). Pero bueno, pasemos a lo que nos concierne; siéntate cómodamente, ve por unas papitas con salsa y una soda de lata, y predisponte a tener el privilegio de leer mi bitácora personal, por primera vez, aunque no podría asegurar que por última.
Bueno, comenzando con las obras literarias (si les podemos denominar así), tenemos en primerísimo lugar a la historia que ha consumido mi vida: Aries. Ya ha pasado un año con 4 meses desde que comencé a plasmar la versión definitiva en la computadora, luego de una serie de revisiones que mencioné en otra entrada (la que sirvió de introducción a Nostalgia), y, aunque quisiera ir más adelante, puedo decir con orgullo que voy por buen camino, pues, si las cosas marchan a este ritmo, podré haber concluido el primer libro de la historia (y si mi vida no da más, puede que sea el único) para finales de este año, concordando con el final de mis estudios. Pero hablando en cifras, he de presumir que llevo realizadas, satisfactoriamente, 5 de las 9 partes que se compone la historia, dando un total de 292 páginas escritas (entre capítulos, introducciones y las cinco separadores de cada parte). Eso, sin tomar en cuenta que la sexta parte ya está casi terminada, faltando solamente cinco capítulos que no me ha dado tiempo la vida para realizar, pero serán aproximadamente otras 70 hojas por agregar. Como ven, la obra será algo extensa, pero espera que hayan personas lo suficientemente enfermas como para leer la historia, que, dicho sea de paso, considero interesante y un poco más profunda que algunas que me he encontrado (tiene 7 años cocinándose, ¡Tengo que echarle porras! Y por cierto, Crepúsculo no cuenta... simplemente porque no debería ser tomado en cuenta como historia).
Yéndonos a la siguiente historia, la exclusiva del blog, llamada Claro de Luna, debo decir que me encuentro algo atrasado (no es fácil combinar la realización de dos historias, aunque lleven los mismos personajes prácticamente), pero que espero tener preparado el cuarto capítulo para mañana (como no lo estuvo la semana pasada... detalles, detalles). Me gustaría escuchar comentarios sobre la historia, opiniones de si debe seguir o no, puesto que, aunque en sí es una historia corta (en total son 13 capítulos), está planeada una segunda parte, que se dispondrá a modo de prueba: si la primera parte gusta, me obligaré a hacer la segunda, aunque, siendo sinceros, en realidad la historia, que se encontraba planeada desde hace tiempo en un cuaderno viejo y algo doblado (para planeación y borradores aplicó la antigüita y carismática hoja de papel), consta de 5 pequeñas partes, pequeñas comparadas con Aries. Una simple muestra:
  • Primera parte de Aries: 30 capítulos.
  • Primera parte de Claro de Luna: 13 capítulos.
Volviendo al tema de la historia, las cinco partes llevan por nombre una simple palabra que resume su situación en general, y de las cuales ya han leído la quinta (si eres un lector antiguo del blog, creo que sabes de lo que hablo). Se trata de Nostalgia (en este momento puedes mentarme la madre al recordar porque no la entendías). Luego de que algunas personas comentaran que no comprendían la historia antes mencionada, fui realizando un borrador de una historia que sirviera como base a ella, para darle sentido y a la vez algo de intimidad (no encuentro otra manera de describir la manera en que una persona se siente atraída por un hilo argumental/personajes/situaciones/universo). Pero, como suelo ser algo extenso en mis ideas, la introducción se convirtió en una serie, y luego la serie creció desmesuradamente hasta convertirse en cuatro... y el resto es historia. Para dar un poco de ánimo para que se interesen en la joven Claro de Luna (comparada con su hermano mayor), les presento los nombres de las partes que la componen:
  • Fantasía (la que está siendo publicada cada semana... sin mucha continuidad).
  • Disonancia.
  • Misantropía
  • Reminiscencia
  • Nostalgia.
De ustedes depende que la obra completa sea publicada, puesto que he decidido hacerla para compartirla en internet pública, gratuita y desinteresadamente (bueno, el interés es que te interese). No puedo decir lo mismo de Aries, que está en tela de duda (a menos que me convenzan).
Pasando a otros asuntos, he decidido comenzar con un pequeño cambio de look en el blog. No sé a ciencia cierta cuando comience a alterar el diseño, solamente les diré algo: cuando lo haga, no habrán entradas hasta que haya terminado (el tiempo que le dedicó a escribir, lo dedicaré a pelearme con el HTML). Espero tener pronto la paciencia para hacerlo, pero mientras tanto seguirán teniendo las entradas con normalidad (si así se le puede llamar...).
Finalmente, quiero presumirle al mundo entero que la recepción de Nostalgia en el sitio donde decidí publicarla ha sido bastante aceptable, obteniendo un número de visitas que, si bien no es capaz de competir con los fics porno gay de Naruto (jamás, hay demasiadas jovencitas excitadas para hacerle sombra a eso con una simple historia sin sexo, y menos gay), se defiende dentro de la sección de originales, donde por cierto, poco encuentro de original cuando noto que hay historias sobre fantasías con artistas/cantantes/personajes de anime y tontería y media, pero bueno... yo no soy moderador del sitio.
Saludos a todos, espero no haberlos aburrido con mi palabrería barata... porque la verdad yo sí me aburrí. Espero no hacer esto otra vez en un laaargo tiempo.

PD: Las entradas egocentristas son dañinas para el colón.
PD2: las entradas basadas en posdatas pueden causar flojera.
PD3:Ningún animal fue dañado durante la realización de esta entrada tan mala.
PD4: Come frutas y verduras.
PD5: Ahora Lunaeclarum tiene también una entrada egocentrista, lo que da el 0.01% que restaba a las páginas visitadas con entradas personales, lo que nos dice que el 100% de los blogs que vi las tienen y que, por lo tanto, estoy seguro por primera vez de algo: el egocentrismo nos invade a todos por igual.
PD6: No te hagas, tú estás igual.

Lanzamiento mundial

En este hermoso día (que de hermoso no tiene mucho, pero sí algo de hipócrita y mucho de farsante, ¡Pero tú sé feliz!), tengo el placer, honor y privilegio de hacerles extensa una noticia enorme, exánime, en primer lugar en todo el mundo y único a la vez (¿Notas el honor que estás a punto de tener?). Hoy, aquí en Lunaeclarum (que poco a poquito va haciéndose de un lugar en internet), he de decir al gran público que he tomado una decisión, una decisión radical y extenuantemente pensada, pero que me ha hecho ver las cosas desde una nueva perspectiva. Luego de darle mil vueltas en mi mente, he decidido ingresar al mercado con un producto, una marca de productos más propiamente dicho, que será la revolución que muchos han esperado. Estoy seguro de que pronto será la sensación en todo el orbe, y podrán presumir a los pandrosos que vivan y convivan a su alrededor: "yo supe primero quien la creó". Pero todo a su debido tiempo, pues primero he de contar como comenzó todo, para ir dejando de una vez las huellas de mi legado a las futuras generaciones que deseen saltar a la fama con un invento revolucionario.
Me encontraba divagando, como suelo hacerlo 23 horas al día (esté o no haciendo algo más), era noche y necesitaba dormir, pero el sueño, que era mucho, tuvo el descaro de pedirme sutilmente "hasta que se acabe la película", siendo que ni siquiera le estaba llevando el hilo argumental a la mencionada cinta. Bien, estaba en el limbo entre el sueño y la consciencia, cuando vino a mí la musa de la inspiración, encontrándome enterrado entre galletas y una jarra de té helado (dicho sea de paso, mi vicio), clavando en mi pecho una idea, y pidiéndome a gritos "¡Ve, hazla llegar al mundo!". Heme aquí hoy, luego de pocos días, dispuesto a mostrar lo que la inspiración me mostró que hiciera: una nueva marca de ropa. Te preguntarás tú: ¿Tanto presumir para esa estupidez? ¿Qué tiene de especial la ropa que mencionas? ¡Ah! Pues es ahí donde entra lo verdaderamente interesante de mi idea, que todavía no está patentada, pero confió ciegamente en que este, mi país, nadie es capaz de cometer el arrebato "inconsciente" de robar mis planes y usarlos como propios (alguien me dijo que las altas dosis de sarcasmo son malas para la salud, pero yo veo resultados contrarios a eso).
Antes de mostrarles mis planes, y aunque quien lea esto pueda estar desesperado, me permitiré hacer extenso en primer lugar lo que hace especial a mi línea de ropa, cuya fecha tentativa de salida al mercado todavía se encuentra en vías de negociación (tengo como probables exportadores a Tepito y a cualquier bazar, pero estoy esperando ofertas más jugosas). Lo que verdaderamente hace que quieras saltar de tu asiento, dejar de hacer las tonterías que haces usualmente (y que a nadie le importan) y correr a tu tienda más cercana a exigir mi producto, es que es la primera marca de ropa que te convierte, comprobado, en una persona sincera, original y única (como todos los demás...). Sé que ya muchos han dicho tal barbaridad en incontables ocasiones, pero estoy seguro de que yo digo la verdad, y de que cualquiera con dos neuronas lo notará en cuanto vea las primeras imágenes. Tengo entre los probables mensajes de venta, los siguientes:
  • Las únicas prendas capaces de demostrar lo que eres.
  • La sinceridad ante todo.
  • ¿Para qué ocultar lo que eres?
  • Para el multifacético común.
  • Soy ******* (todavía no es hora de que conozcas el nombre de la marca, no comas ansias) y nada más.
  • Para el auténtico que todos llevamos dentro.
  • Finge todo lo que quieras.
  • ¿Farsante? ¡Jamás!
  • Etc. Etc. Etc...
¿Cuál les gusta? Dejándome de jaladas, les presento sin más, mi nueva marca de ropa:



EL primer comercial de la marca. Simple, directo y sobretodo original, ¿No?

Uno de los tantos diseños planeados, para la chica femenina y sincera.

El logotipo de la empresa, listo para ser impreso en todos los medios posibles.

Sé que se mueren de ganas por ver el catálogo completo, pero creo que con eso será suficiente por lo pronto para dejarles las ganas de querer los productos.

Aéroposer... ropa sincera para gente sincera.
Esperando no herir susceptibilidades con mi bromita, los espero en la próxima entrada. Saludos.

PD: ¿En serio pensaste que era en serio?
PD2: No, ya neta, ¿En serio?
PD3: ¿Sigues pensándolo?
PD4: Ahora vuelvo, voy por una patente para comenzar a producir...

Mensajes en una botella

El otro día estaba planteándome la idea, luego de haber dado de baja mi producto de primera necesidad virtual conocido como cuenta de Facebook, sencillamente porque no le daba uso y me caía gordo que cualquiera pudiera ver datos innecesarios sobre mí (¿Quién lo haría? No me importa, podían hacerlo). Como no quiero ser un ente ajeno a la sociedad, perdido de todo lo que papi gobierno, la Virgen, los santos de la moda y Santa Claus consideran en esta nueva vida que es bueno (pobre de mí, soy diferente como todos los demás...), decidí que podría ingresar a otra red social, algo más parecido a lo que hago aquí en el blog (decir incoherencias a diestra y siniestra), por lo que, he de admitir, que por un segundo me pasó la idea de hacerme de una cuenta en Twitter, pese a que una vez pensé que era todavía más inútil que el mismo Facebook (¿Yo? ¿Mandar mensajitos supercortos? Si escribiendo no puedo parar...).
Como todavía no es oficial, y de hecho me estoy arrepintiendo conforme escribo esto, hoy he decidido escribir una bola de las ya consabidas incoherencias, pero en formato resumido, como si tuviera las limitaciones del mentado micro blog. No sé si sean pocas o muchas, son las que se me ocurrieron mientras estaba frente a la pantalla. Admito que no todas son ocurrencia mía, y que tampoco todas las saqué de autores reconocidos y otros no tanto. Como no sé diferenciar unas de otras, las presento aquí sin orden, ni categorías. Son simplemente pensamientos salidos de la nada que, por cierto, si me tienen agregado en el messenger, podrán notar que algunos han estado como mi subnick hace tiempo.
Bueno, ya basta de rollos largos, por hoy, Lunaeclarum es un microblog lleno de pensamientos cortos...

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"Te veo en cada imagen, en cada silueta a lo lejos, en mis sueños... mi ilusión"
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"Nada más que el silencio entre las hojas, como todos los días, como nunca"
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"Espera, que la vida tiene un mensaje para aquellos que lo quieren escuchar"
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"Conozco la belleza, en tus ojos, en tu alma y en tu corazón..."
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"Nadie escucha tus clamores, en esta cámara de silencio en que moramos eternamente"
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"El mundo es una oportunidad para aquellos que están dispuestos a aprovecharla"
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"Un pesar en un respiro, listo para dar un vuelco a un corazón enfermo de resignación"
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"¿Qué puedo decirte? No soy mi propio concepto, menos el tuyo"
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"Soñamos juntos, vivimos en la ignorancia, y hemos de morir con una sonrisa en el rostro"
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"No creo en un sol que no brilla, en una luna que cuenta tragedias, en un lugar sin ti"
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"Sobre el pasto, aguardo por la tierra prometida que una vez soñé"
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"¿Qué te puedo ofrecer? La vida es un paraíso para la locura... y la locura, un paraíso"
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"No busques sentido donde no lo hay, y huye de los lugares donde lo haya... suelen ser aburridos"
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"El paso más sencillo para dejar atrás la ira, es olvidarla"
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"Danzamos en el Leteo, en la única felicidad que este mundo nos ofrece"
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"Una mente retorcida es un refugio para el alma, una condena para el débil, un placer para el solitario"
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"No es un peligro lo nunca visto, es la manera en que la vida intenta salir de la monotonía"
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"Ve más el ciego que el empedernido"
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"Estoy cansado de fingir que me agradan los farsantes"
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"Ser una fantasía tiene la ventaja de tener una ilusión aguardando en el horizonte"
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"Lo más cerca que puedes estar de la divinidad es encontrar lo divino de las cosas simples"
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"Llora, deja que la tormenta se convierta en el caudal que se lleve la pena a un mejor lugar"
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"Cruzar o no cruzar una línea, es la diferencia entre ser o no ser el día de mañana"
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"No hacer nada, implica no obtener nada... no te quejes luego de carencias"
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"La historia no termina, se aburre y le da por buscar nuevos inicios"
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"Puedo escribir los versos más tristes de esta noche... pero alguien se me adelantó"
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"Es más simple encontrar el hilo de la lógica afuera que dentro de ella"
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"Abrir los ojos no es una simple demostración de vida, es la manifestación del mayor obsequio: la consciencia"
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"No hay luz en donde no hay que la genere... sé esa luz o muérete a oscuras"
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"Esta vida rara vez ofrece segundas oportunidades, dáte el lujo de ser voraz"
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"La iglesia a veces pone límites meramente para medir su poder... o por falta de población en su infierno"
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"Quiero inventar un ocaso con otro sol, un día para todos, un suspiro para cada uno y para mí"
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"Con una eternidad para descansar, prefiero disfrutar estos días de vida"
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"Uno de los mayores placeres de la vida es la sonrisa de quien menos la esperas"
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"El corazón sirve para dos cosas: bombea sangre y te recuerda de vez en cuando que estás vivo"
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"... solamente un sueño, en dondequiera que estés, aguardando por quien te plasme en el papel"
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"Ángeles aguardan en la puerta del misterio, donde guardé las memorias de aquel sueño que tuvimos"
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"Ilusión, mi mayor anhelo, ¿Dónde duermes con tus labios aguardando por mi humedad?"
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"Inmaculada manera de verme, de sentir un pecado original, dame alas para marcharme de este sitio"
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"Mi vida sangra, por un mañana propio, por un sueño propio, por su propia vida"
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"No tengo miedo, el miedo me tiene a mí"
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"Las primeras veces siempre conllevan sorpresas: el primer beso, el primer sueño, la primera derrota"
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"La gente no es más ignorante porque no tiene más tiempo libre"
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"Cosechas lo que siembras... a menos que tomes 'prestado' el cultivo de alguien más"
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"Un segundo es todo lo que se necesita para saber que alguien es importante en tu vida"
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"Si el destino así lo quiso, más vale no pensar mucho en ello"
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"No hablemos de coherencia, los seres humanos no somos indicados para ello"
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"Un día dices algo. Al siguiente lo contrario. Hoy no dices nada... la simpleza de lo complejo"
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"Dulce ironía de desear estar y ausentarse a la vez; de querer y odiar con todas las fuerzas el existir"
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"Respirar, vivir... el dulce encanto de la existencia que se pierde dentro de su propia consciencia"
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"No soy nada... cuando no quiero serlo"
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"Niego el negar que la vida no es negativa. Simplemente me gusta darle algo de sabor"
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"Entre las sombras aguarda la respuesta a tus sospechas, a las palpitaciones de tu propio ser"
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"Algún día todos se preguntaran porque dejaron ir aquello que más amaban"
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"Débil es un mero pretexto para no dar el máximo"
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"La espina de una rosa es una advertencia de que obtener lo bello conlleva dolor"
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"Evanesencias de un olvido, mueren por recordar que una vez quisieron no existir"
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"Soledad, compañera de los soñadores, refugio de los desvalidos, hazme un sitio entre tus brazos"
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"No soy lo que pienso; pienso en lo que soy, y hago algo al respecto"
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Espero que hayan sido de su agrado, nos vemos el viernes.

Claro de Luna Cap. 3

¡Hola! Luego de una semana y un día de ausencia, ha vuelto la historia del blog. Tuve algunos problemas para terminar este capítulo, puesto que iba a estar algo innecesariamente largo, por lo que apenas hoy, y aprovechando para publicarlo como entrada de lunes (sí, si los malditos burócratas encuentran un pretexto en el nacimiento del primer, único y último presidente indio de nuestra benemérita nación para no trabajar ¿Por qué yo no?). Sin mucho bombo y platillo, pero si algo de justificación barata, para variar, les presento el tercer capítulo de Claro de Luna, una historia sin un hilo argumental fuerte, escrita meramente para ser disfrutada y digerida por casi cualquier público (o eso creo yo, alguien sáqueme de mi error en caso contrario). Cabe destacar el hecho de que esta parte de la historia fue hecha especialmente para un fin algo macabro: una burla a mi manera para algunos videojuegos, en especial los de corte RPG. Sin más, espero que sea de su agrado.

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III: La Última Ilusión
El pequeño grupo de cuatro se conducía por el tenebroso terreno: una desierta llanura en la que ni la más ruda de las plantas podría florecer. El sol de mediodía azotaba sus rostros, sudados y llenos de pesadumbre y tierra por los combates pasados. La cabeza del grupo era un sujeto cubierto enteramente por una pesada túnica de tonos grises, que le cubría desde los pies hasta el rostro, distinguiéndose solamente las puntas de sus dedos sosteniendo un báculo finamente adornado con pedrería. A su lado iba lo que parecía ser un soldado, vestido completamente a la manera de los antiguos y honorables guerreros de un reino antiguo, con espada y escudo. Un poco detrás marchaba un mercenario, vestido con gruesos ropajes de piel y portando una polvosa pistola en la diestra, cubriendo su rostro del sol con un sombrero de ala ancha. Finalmente, al lado de éste venía un arquero de largos cabellos negros y vestiduras ligeras, cuya arma movía de un punto a otro, temeroso de un ataque sorpresa. Tenían horas vagando por ese paraje, luego de que recibieran indicaciones de un oráculo para marchar de su ciudad natal, Xartas, en búsqueda de un poderoso hechicero conocido como el “blanco”, que les daría indicaciones para cumplir su milenario destino. Pese a la emoción y al haber nacido para esa cruzada, estaban artos.
—¡Si vuelvo a ver a ese maldito oráculo, le partiré su ancestral cara en dos! gritó el mercenario, disparando al cielo y pateando el suelo.
—Tranquilo, Paul, no creo que duremos mucho más en este desierto —lo calmó el encapuchado, poniendo su mano en el hombro de él.
—Wingen, eso dices tú porque esa capucha te cubre el sol. Yo me estoy asando vivo —se tiró al suelo, lanzando el sombrero lejos.
—Y si te quitas esa cosa, te vas a quemar peor —le advirtió el arquero, recogiéndolo y quitándole el polvo —. Según el mapa que nos dieron, estamos próximos a llegar a un pueblo.
—¿De verdad ustedes confían en el oráculo? He estado pensando en la posibilidad de que haya sido un engaño —el serio caballero rompió el silencio, clavando su espada en la árida tierra para descansar de su peso.
—No lo sé, pero no tenemos alternativa, así nos tocó vivir. No a cualquiera le dicen que está destinado a salvar al mundo —dijo, orgulloso, Wingen.
—Puede ser porque no a cualquiera lo encuentran vestido como un monje, a plena luz del día, y gratis —se burló el de largo cabello oscuro, al tiempo que intentaba ver algo en el horizonte que no fuera tierra.
—Falcon, tampoco es común encontrar chicos que parecen chicas, y que para colmo usan el cabello largo para ocultar sus enormes orejas —se vengó, liberando las carcajadas de los demás.
—Entiendo, entiendo —se limitó a decir el otro, suspirando —. Creo ver algo en la lejanía, como un pequeño poblado.
—Pues solamente lo sabremos si llegamos allá —sacando su arma del suelo, el caballero emprendió el camino, seguido de los demás.
Avanzaron por otro largo rato, hablando poco o nada para mantener la hidratación de sus gargantas en un nivel sano. Tal como Falcon dijo, un pequeño poblado se iba abriendo frente a ellos, mostrando una serie de pintorescas casitas de color café, bellamente adornadas por una que otra palmera y lo que parecía ser un pozo en el centro. Sus niveles de energía estaban bajos, y ese pequeño oasis era una clara salvación, o lo hubiera sido, de no haber sido por una pequeña intervención inesperada a sus espaldas. Escucharon una especie de cascos golpeando el suelo, seguidos de una carcajada, lo que les hizo volverse con sus respectivas armas en mano, para dar frente a una clara amenaza: un grupo de cinco jinetes, ataviados completamente en tonos oscuros, que reían a la vez de manera burlona. Sin hablar, los cuatro quedaron de acuerdo en dos cosas. La primera era que no estaban ahí por casualidad; y la segunda, que eran los villanos más clásicos que habían visto. Sin hablar, se lanzaron contra ellos haciendo gala de buena habilidad sobre sus equinos, siendo recibidos por flechas, balas y hechizos, mientras el noble caballero aprovechaba la distracción que causaban sus compañeros para blandir su espada contra uno de ellos, que cayó de bruces al suelo, sin poderse levantar. Esto provocó la ira del que iba al frente, seguramente el líder del grupo, que habló por primera vez.
—¡Maldito inepto! ¿Qué no puedes resistir un ataque tan simple? Debí haber conseguido mejores elementos.
—¿Quién rayos eres? ¿Por qué nos atacas? —Wingen intentó negociar con ellos, levantando su bastón en señal de paz.
—El hechicero negro, el amo y señor de esta tierra, para que no puedan llegar con su enemigo declarado, el hechicero “banco” —le respondió el jinete en tono ceremonial, pero algo pausado.
—¿No querrás decir “blanco”? —dijo Paul, intentando no reírse mientras hablaba.
—Lo que sea, el inepto que cree poder con mi señor, y que morirá antes de intentarlo —enfadado, arremetió contra el grupo nuevamente, seguido de sus acompañantes.
Repitieron el método defensivo, recibiendo esta vez un golpe el caballero al intentar derribar al líder, pero recuperándose al instante y atacando de nuevo, quedando prendado del caballo y forcejeando con su jinete, cayendo ambos sobre la tierra, sin poder moverse del cansancio. El resto siguió combatiendo, dejándolos a ambos a su suerte, intentando levantarse para tomar ventaja del otro. El jinete tomó la delantera, sacando su espada para asestar un golpe mortal, pero para ese entonces ya el caballero se encontraba erguido, avanzando con fiereza contra él. El empuje obtenido por la carrera le dio una ventaja, y logró desarmar al enemigo, tirándolo de nueva cuenta al piso y amenazando su yugular con el filo de la espada. Tal maniobra detuvo la batalla entre los bandos, e hizo que la atención se centrara en la conversación que los dos mantenían en esa amenazante posición.
—¿Qué interés tiene el hechicero negro en este mundo? —le acercaba el sable mientras hablaba, pero no mostraba emoción alguna.
—Es el ser más poderoso de este mundo, y reclama su gobierno y la muerte del único capaz de detenerlo, el hechicero blanco —su voz temblaba ante la inminente muerte.
—¿Dónde podemos encontrarlo? —puso el pie sobre su pecho, impidiéndole respirar cómodamente.
—Si los quiere ver, él los encontrará a ustedes… así es de poderoso —las ideas ya no transitaban con claridad en su cabeza.
—No le serviste a él, y no nos sirves a nosotros —ultimó el guerrero, al tiempo que lo pateaba y dejaba ahí, marchándose a donde sus compañeros para proseguir el viaje.
El arquero, el hechicero y el mercenario lo felicitaron por su valor, y pusieron camino al pueblo ya cercano, mientras el trío de jinetes ayudaba a su líder a incorporarse. No temían ser alcanzados, luego de haber demostrado su superioridad y la nula capacidad de ellos para defenderse. En el poblado estarían a salvo, podrían recargar energías y obtener noticias para llegar ante el hechicero blanco, quien probablemente les daría noticias sobre ese enemigo que se acababa de alzar en su contra y la del mundo: el hechicero negro. El pequeño lugar decía en la entrada “Lunertes” en un tablón de madera, y no pasaba de ser una decena de construcciones alrededor del ya vislumbrado pozo, con caminos de terracería y escasa flora, pero suficiente para dar sombra a un cuarteto de cansados viajeros. Asaltaron el pozo con salvajismo, peleando entre ellos para tomar la cubeta donde subía el vital líquido, llamando la atención de los lugareños, que los rodearon el poco tiempo, temerosos de una horda de bárbaros. El caballero se vio en la necesidad de dejar de forcejear un momento para excusarse él y a sus compañeros, esperando ser bien recibidos por un par de días.
—Somos un grupo de viajeros, hambrientos y cansados, que olvidaron sus modales por los días en el desierto —tragó saliva, saboreándose el agua que pasaba por su seco organismo —. Esperamos no haber causado demasiado alboroto, normalmente no somos así, pero las exigencias del viaje son…
—¡Ya cállate, Riddick! Deben de saber quienes somos —Paul, ya satisfecho, fue a “ayudarlo” a su manera —. Un grupo de cuatro chicos, enviados del oráculo de Xartas en busca del hechicero blanco.
El silencio fue suficiente para comprender su negativa, por lo que el mercenario dejó la pose de héroe para ceder la palabra a su compañero, que hacía mejor las labores de embajador. Respondió un par de preguntas de los lugareños acerca de su origen, del supuesto oráculo que los envió y del hechicero blanco, al que conocían como un legendario personaje, anterior a la creación del pueblo mismo. Un joven saltó de entre la multitud, quedando enfrente del caballero, encarándolo como si se tratara de un criminal.
—¿Cómo podemos confiar en ustedes? ¿Serían capaces de ayudar a este pueblo si sufriera un ataque durante su estadía? Otros personajes lo han hecho, y otros nos atacan diciendo ser héroes, ¿De qué manera se harán merecedores de nuestra confianza?
—No tengo una manera de demostrarlo, pero tenga por seguro que pagaremos nuestra estadía, traemos dinero con nosotros —sacó un pequeño saco de terciopelo azul, con un puñado de monedas doradas que les otorgara el oráculo para su viaje.
—Eso no será suficiente para pagar, pero tienen la intención de pagar, así que supongo que tengo un lugar en mi posada para ustedes, por lo menos esta noche —dijo, satisfecho, el joven, guiándolos a seguirlo a una de las chozas del lugar.
El lugar era cómodo, y alquilaron una habitación para descansar del viaje, encontrando en el posadero a un buen amigo, que les contó en el mostrador del pequeño Lunertes, fundado por él mismo tiempo atrás, a manera de paso para que los viajeros le dieran su dinero a cambio de un lugar donde reposar, pero luego de enterarse los forasteros, comenzaron a atacarlo frecuentemente, dejando al sitio sin provisiones para sobrevivir el largo y extenuante verano. Por ello habían dejado de tener fe en los viajeros, pero seguían necesitando de sus visitas para sobrevivir. El grupo estaba aburrido con su relato, pero tuvieron que escucharlo de cabo a rabo, puesto que no les entregó las llaves de la habitación hasta que hubo concluido. Una vez con ella, corrieron a encerrarse a descansar.
El caballero se deshizo de la armadura, que ya había dejado huella en su cuerpo. El hechicero se quitó la capucha, ya con el rostro sudado en exceso por tenerla puesta, y puso su bastón sobre la puerta para evitar que el posadero entrara a seguir hablando. El arquero dejó sus posesiones en el piso, arto de cargarlas, tal como el mercenario de su sombrero y pistola. Hasta entonces cayeron en un curioso pensamiento, viéndose los cuatro en un mismo cuarto, uno que precisamente constaba solamente de dos camas.
—¿Por qué un lugar tan concurrido tiene un hotel solamente con una habitación, que para colmo, es pequeña? —Paul no daba crédito.
—Yo que sé, así era también en los demás pueblos que hemos visitado. Supongo que es la moda —Falcon intentó calmarlo, mientras elegía el lado de la cama que más le gustaba.
Resignados, se recostaron de dos por cama, teniendo un descanso reparador que pareció transcurrir en pocos segundos. Cuando abrieron los ojos, era ya mediodía, la puerta de su habitación se encontraba abierta y el posadero los miraba con una enorme sonrisa. Casi saltaron de la cama con semejante primera visión, buscando lo más rápido posible sus armas y vestiduras, temiendo una traición del bizarro personaje. En lugar de ello, el hombre aguardó pacientemente a que se prepararan (pese a que lo hicieron endemoniadamente rápido), para luego decir el motivo de su visita matutina.
—Estuve pensando anoche sobre su aparición en este pueblo y en mi hotel, y he decidido que no les cobraré su estadía —. El grupo estaba por celebrar, cuando los detuvo con una mano y terminó de hablar —, si me permiten acompañarlos.
—Pero… ¿Para qué? —Paul no ocultaba su enfado nada más de pensarlo.
—Necesito ir a la ciudad de Abdulá por provisiones, y con el dinero que cargó a cuestas, es muy probable que sea asaltado en el camino. Pero no pasará si voy acompañado por un grupo de guerreros.
—Es lo menos que podemos hacer por habernos dejado estar aquí —tuvo que admitir Falcon.
—No tenemos alternativa, ¡Pero nos tiene que dar desayuno! —se resignó el mercenario, colocándose su sombrero de ala ancha.
Luego de un balanceado alimento, salieron de la posada y se encontraron con que el viaje no sería en pie. Frente a la posada se encontraba una carreta techada, jalada por un par de caballos enfadados, tal como los de los malvados jinetes que los recibieran en la entrada de Lunertes. Antes de que comenzaran a formularse hipótesis sobre su origen, el mercader aclaró que su posesión era debido a que un forajido llegó una vez con ellos a manera de pago, alegando habérselos quitado a un grupo de mediocres que intentaron detenerlo en su camino al poblado. Aliviados, subieron al transporte, dejando a Wingen adelante al lado del posadero, que tomó las riendas del vehículo y emprendió el camino, confiado de tenerlos, hacia el siguiente poblado.
Durante el trayecto, fue hablando de lo seguro que se sentía con ellos, de lo maravilloso que era ser un guerrero, y de lo mejor que pudiera ser la oportunidad de salvar al mundo, de ser visto por un oráculo para realizar algo grande en ese mundo inestable donde vivían. Su conocimiento de las funciones de los seres mitológicos fue otro motivo de duda para el grupo, que cada vez perdía más la confianza en su nuevo compañero, cuyo nombre se negaba a dar con cualquier excusa. Por eso, Wingen cuidaba que no saliera un peligro en el camino, y Falcon no dejaba de apuntar al chofer con su arco, como precaución. Desgraciadamente, por venir cuidándolo, descuidaron la retaguardia, y un grupo de jinetes les sorprendió de pronto, rasgando la carreta con sus espadas y liberando a los caballos. Wingen, Falcon y Paul intentaron hacer algo para detenerlos, logrando solamente que retrocedieran ya cuando los caballos habían emprendido la huida. El grupo de jinetes se posicionó frente a ellos, riendo nuevamente con sorna. Los cuatro guerreros se colocaron frente al mercader, que temblaba de miedo y se apretaba los bolsillos llenos de dinero duramente. El combate inició, y los disparos a distancia marcaron una diferencia importante, capaz de mermar al enemigo, que perdió a sus bestias de carga en poco tiempo y se vieron en la necesidad de enfrentarse a pie con aquellos a los que no se podían acercar. Solamente Riddick les hizo frente con su espada y escudo, derribándolos con suma facilidad y obligándolos a huir despavoridamente en la misma dirección de sus caballos. Los cuatro celebraban su victoria, ignorando por completo al molesto mercader que se sentía parte de ellos pese a no hacer nada, cuando descubrieron algo peor que los jinetes.
Frente a ellos se encontraba alguien, que a pesar de no haber visto nunca, supieron claramente su identidad. Vestido con una túnica oscura de cuerpo completo en tonos oscuros, destacando solamente una varita plateada en su mano derecha, no podía ser otro que el temido hechicero negro, el supuesto cabecilla de los jinetes y responsable del mal en esa tierra. Emprendiendo de nuevo la pose de batalla, los cuatro se lanzaron contra él, siendo recibidos por una muralla de fuego que los hizo devolverse, corriendo en círculos para deshacerse de las llamas que consumían sus cuerpos. Comprendieron que la racha de facilidades se había terminado, y que sería el mayor reto al que se enfrentarían jamás. Tomando de nuevo sus armas, apuntaron y decidieron esforzarse como nunca. Falcon tensó tres flechas juntas en su arco, al tiempo que Wingen levantaba una nube de polvo para invocar una llamarada de fuego que lanzaría; por su parte, Paul sacó otra pistola de su pantalón, y apuntó ambas al enemigo. Riddick aguardaba al ataque de sus compañeros para lanzarse luego él. Transcurrió un segundo en silencio, en el que oraron por salir victoriosos a su oráculo, y luego se desató su ira. El hechicero negro permaneció inerte todo ese tiempo, aguardando con las manos bajas y la varita apuntando al suelo, pero justo cuando vio la ola de ataques venir, levanto la diestra y recitó un conjuro en una lengua antigua, salvándose de una muerte segura, pero no del caballero que venía detrás con su espada en alto. Lo detuvo con la otra mano, causando una especie de fuerza expulsora que pugnaba por devolver a Riddick a su sitio, pero éste se resistía a ser empujado, entonces vieron un brillo inusual en su sable, y la fuerza del hechicero desapareció mágicamente, dejando que le asestara una estocada en el pecho, que rasgó su túnica. Felices, no podían dar crédito a lo que ocurría, cuando vieron detrás de ellos a una figura idéntica a la del hechicero negro, pero cuyos colores eran todos claros, y la varita negra. Él había sido el responsable de que Riddick acertara su ataque, y no podía ser otro que el responsable de su búsqueda, el mítico hechicero blanco.
—Señor, llevamos tiempo buscándolo —pese a la situación, Falcon intentó presentarse —. Somos los cuatro elegidos del oráculo de Xartas, y estamos para servirle.
—Yo los iba a encontrar, cuando yo deseara ver —dijo éste con un tono ceremonial —. Necesitaban primero fortalecerse como grupo y como personas, conocer el peligro que representaba el hechicero negro, y hacerlo aparecer, para que yo pudiera destruirlo.
—Ambos sabemos que eres más débil que yo —dijo el hechicero negro, riéndose secamente.
—Puede ser, pero tengo a mis cuatro elegidos conmigo, y nada podrá detenernos ahora de destruirte —levantando su varita, hizo que las armas de los cuatro guerreros resplandecieran.
Les dio la confianza para emprender un nuevo ataque, que resultó ser mucho más eficaz que el anterior. Esta vez los ataques no podían ser evitados por la magia de la varita blanca, y más de una vez los golpes acertaron en el oscuro cuerpo del hechicero, que seguía representando una fuerte amenaza con sus poderosos golpes de elementos. Se encontraba casi derrotado, pero permanecía como el más fuerte contrincante, utilizando todos sus artífices para no dejarse caer. Llegó un momento en el que ya no pudo más, y cayó al suelo, todavía sin entregarse a la derrota, como lo demostraba su mirada. El caballero estaba por asestar su golpe final, cuando fue golpeado por una flecha de misterioso proceder en el brazo, y tuvo que retroceder, dejando su espada en el camino. Sus compañeros lo rodearon, alcanzando a divisar, unos cuantos metros atrás, tres siluetas ante el ocaso. Conforme se fueron acercando, sus identidades fueron reveladas. Una de ellas era una arquera, de fino semblante y belleza radiante, cuyo cabello oscuro se encontraba recogido en una larga trenza que recorría enteramente su espalda, vistiendo solamente un corto vestido que, contra la lógica, ni el viento provocaba que dejara de cubrir las partes debidas. La otra era una guerrera con una armadura ligera, que dicho sea de paso, se asemejaba más a un traje de baño de metal que a una herramienta de defensa. Su cabello rubio caía graciosamente sobre la carcasa de acero, y empuñaba una espada con singular fiereza. La última era una hechicera india, de rasgos étnicos y cabello recogido, usando un vestido de piel de algún animal pintada de diversos colores. Hermosas las tres, pero definitivamente no eran refuerzos. Emprendieron la carrera hasta el hechicero negro, al que rodearon como protección. Éste se incorporó y rió cínicamente, usando su varita para fortalecer a sus nuevos refuerzos, al tiempo que veían llegar a lo lejos a los cuatro jinetes que enfrentaran anteriormente. Ahora se encontraban en total desventaja, pensando incluso en la rendición como alternativa para no morir.
—No hemos llegado tan lejos para dejarnos vencer —declaró Wingen, empuñando su bastón —. El oráculo nos eligió para este destino, y lo cumpliremos al pie de la letra.
—Tienes razón, estamos destinados a la grandeza —se exaltó Paul, sacando sus armas de fuego.
—Vamos a patearlos donde más les duela —confió Falcon, apuntándolos con su arco.
Los tres fueron al encuentro con el enemigo, mientras Riddick permanecía inmóvil, incapaz de apoyarlos sin su diestra. El hechicero blanco se le acercó, y realizó un conjuro inteligible que hizo brotar luz de su varita, cegándolos a todos. Cuando se disipó el brillo, el caballero pudo comprobar que se encontraba sano, y que su espada volvía a destellar con singular poder. Agradecido, fue a apoyar a sus amigos y al destino que les aguardaba, a pesar del grupo de jinetes y de las jóvenes guerreras, ante la mirada complacida de su mayor aliado. Pasaron los minutos en una feroz confrontación, donde a partes iguales quedaban heridos los guerreros blancos que los negros. Falcon había logrado apartarse con la hechicera india, y se encontraba peleando cuerpo a cuerpo, utilizando sus flechas como dagas y proyectiles a la vez. Por su parte, Riddick se hacía cargo de dos jinetes al mismo tiempo, apoyado por Wingen, que dividía su atención entre eso y los otros dos. Paul guerreaba con la arquera y la guerrera, criticando cada que podía su manera de atacar y falta de feminidad, argumentando que no eran más que productos de mercancía barata para atraer a las chicas a participar en enseres masculinos.
—Esos ni siquiera son golpes —se mofaba una y otra vez, de ambas a partes iguales —. En lugar de arco, deberías traer un espejo. No sabes de lo que se trata esto. ¿En verdad puedes correr con tacones?
—¡Cállate! ¡Cállate, maldito engreído! —chillaba la arquera, mientras lanzaba a diestra y siniestra sus armas contra él.
Llegó un momento en que la ventaja numérica se hizo notar, y lograron derribar, uno por uno, al grupo. Los hicieron reunirse en un círculo que rodearon, y riendo los apuntaron con sus armas, listos para el golpe final. Por su mente pasaban ideas y formas de zafarse rápidamente, pero ninguna posible. Paul solamente fue capaz de pensar en voz alta —eso nos pasa por hacerle caso al destino —, antes de escuchar un fuerte golpe. Se trataba de una distracción lejana, que atrajo las miradas de sus enemigos y las suyas hacía un grupo lejano, que avanzaba a paso veloz por una ladera gritando como locos. Al frente alcanzaron a ver a un payaso, y tras él un grupo de fenómenos de circo, montados en animales disfrazados y realizando toda clase de locuras, desde ir parados sobre las manos en un caballo, hasta tocar en la trompeta una canción circense conforme se acercaban. Wingen y compañía tuvieron más miedo que antes, hasta que vieron que estaban ahí para ayudarlos, atacando a quienes los tenían rodeados con una serie de armas cómicas. El payaso fue a su encuentro, y les extendió la mano como saludo.
—Muchas gracias por la ayuda, amigo —Falcon intentó ser amable.
—He sido convocado también por el oráculo de Xartas —a pesar de su aspecto sandunguero, hablaba cortésmente —. He viajado por el mundo con mi circo móvil para buscarlos y cumplir nuestro destino.
—Pues henos aquí, con destino y todo —se burló Paul, tomando las armas para apoyar a los fenómenos en su batalla.
La pelea se tornó en un caos, y pronto sucumbieron los elementos del hechicero negro en manos de la multitud. Los jinetes huyeron despavoridos, y las mujeres fueron apresadas por un grupo de payasos obesos. Solamente quedaba el líder, al que encararon solamente los cinco. Estaban por atacarlo, cuando escucharon por primera vez hablar a su mortal enemigo.
—Está bien, me rindo —su voz no era para nada oscura, sino más bien jovial. El hechicero blanco fue hasta él, estrechando su mano y aceptando su derrota, ante la mirada sorprendida de todos los presentes, incluyendo a las chicas.
—Rendición aceptada, amigo mío. Ahora a pagar tu deuda —escucharon un dejo de comicidad en su voz, provocando todavía más curiosidad.
—Lo acepto: tú eres el mejor personaje de este mundo. Yo me retiro —dijo solemnemente el vencido, antes de desvanecerse en el aire.
—Era todo lo que tenía que escuchar —al igual, se desvaneció ante ya un escenario sembrado en la duda.
—Estoy arto de esto, me siento utilizado —Paul lanzó sus armas al suelo, y se desvaneció también.
—Supongo que cumplimos nuestro destino... cualquiera que haya sido —Falcon lo imitó, borrándose del campo en un respiro.
—Suficiente tiempo de diversión —Wingen, con una enorme sonrisa, se despidió de los presentes mientras se transparentaba su cuerpo.
—Ni hablar, así nos tocó jugar —Riddick habló para sí mismo, borrándose.
—Estos chicos, luego dicen que nosotros somos los extraños —rió el payaso, causando la burla general de su gente —. Bueno señores, fue un placer trabajar con ustedes, espero encontrarlos pronto —. Realizó una maroma en reversa, mientras desaparecería.
—Espero que nadie se entere de esto —habló la arquera, liberándose de los brazos del comediante obeso —. Me largo para no volver —. En un respingo, se fue.
—Definitivamente, Lizzie no sabe divertirse cuando pierde —dijo la hechicera india a la chica restante.
—Lo sé, Shadow. Yo sabía que nos vencerían. Nunca jugamos a estas cosas —la guerrera se sentó a recuperar energías en el suelo.
—Cuando Albert nos pidió de favor ayudarlo a vencer a Ferret en la apuesta de este mugroso juego en línea, yo no pensé que estarían metidos tantos de nuestros compañeros en medio —admitió, cansada, la chica.
—Como sea, ya me duelen los ojos de estar frente a la computadora, ¿Te parece si hablamos mañana en la escuela?
—Está bien —Con un guiño mutuo, las chica se desvanecieron.
Cada uno en sus hogares apagó su equipo de cómputo, cansados de haber metido tanto tiempo en una apuesta que Falcon y sus amigos desconocían, pues solamente Albert había dicho a sus elementos la verdad: él y Ferret, asiduos jugadores de La Última Ilusión, un famoso videojuego, habían realizado una apuesta para decidir quién era el mejor jugador. Pelearían en una guerra, donde ninguno podía atacar al otro, utilizando a otros jugadores para vencer al contrario. Pese a hacer trampa, el moreno fue vencido, por lo que tuvo que retirarse del juego. Con lo que no contaba, es que luego de esa aventura, todos lo harían, artos de invertir su tiempo en un mundo donde imitaban héroes y leyendas, desgastándose para salvar lo inexistente.

Vivir

Hola. Hoy, tal como se los prometí, les traigo un bello poema, que también como se los prometí, no ha sido escrito por mí. Este poema pertenece a una persona que quiero muchísimo, y que tiene un gran talento para la poesía (es mi opinión, y sé que la compartirán). No le veo punto de error a esta bella poesía, que, bueno, en realidad bella no es la palabra, pues no habla de un tema precisamente lindo, pero marca de una manera magnífica un sentimiento en particular, que quisiera a grandes rasgos, pero que la promesa de no hacerlo me lo impide hacerlo como suelo. Por ello, me limitaré a decirles que habla sobre abandono, sobre querer y no querer y un par de cosillas más que creo no son difíciles de comprender. Lleva por título "Vivir", y para mí es un placer presentarles la primera colaboración del blog. Espero la disfruten.

Vivir.
Sigue mirando al horizonte en la espera de un nuevo comienzo,
Dejando que la vida pase sin sentir cada detalle,
Sigue mirando como se acaba todo en tu alma.

Cierra las puertas a las nuevas oportunidades
Y entrega de una vez tu vida al mar;
Se ahogarán tus penas y no sufrirás más.

Siente la brisa de un nuevo mundo, siente solamente;
Deja que la vida te lleve a un nuevo vivir,
En donde pueda tu amor llevarte a la felicidad.

Pero primero recuerda quién eres,
Recuerda que el fruto de tu vida se dio por mí;
Una efímera parte de ti ha concebido crecer.

Este tiempo de versos te ha dejado morir,
Simplemente por el capricho de quien te amó;
Una vida interrumpida por la pasión amarga
Que tu corazón por fin ha consumado.
___________________________________
¿Qué les pareció? ¿No es hermoso de una forma cruel? No tengo palabras exactas para agradecerle al autor su aportación (que dicho sea de paso, quiso mantener el anonimato), pero le prometo que encontraré la manera. Gracias a él, y gracias a todos los que leen de alguna manera este, su espacio en el espacio.
PD: Hoy no habrán posdatas.

Santos de la moda

Tengo sueño. Tuve un pequeño viaje en la mañana (MUY en la mañana), lo que conlleva despertarse temprano y, por ende para algunas personas como yo, el perder un poco el hilo de coherencia del mundo. Esto es a veces bueno, a veces no tanto (conozco personas que usan este lapso de incoherencia como plataforma para idear historias... pero no lo considero una buena idea del todo, simplemente porque no están bien pensadas ni siguen una lógica dentro de lo normal). En fin, me encontraba en un camión atestado de personas, lo que significaba claramente que no habría manera de dormir un momento antes de llegar a mi destino, por lo que, haciendo uso de mis audífonos, celular y una selección de canciones favoritas, me dispuse a dar rienda suelta a mi pensamiento, cuidando, claro está, se seguir consciente en el trayecto.
Fue entonces que noté algo raro. Cambiando entre las canciones, noté que, a pesar de seguir todas el mismo género en particular (el rock), la mayoría eran muy distantes en sonidos entre sí. Lo primero que pensé fue: "algunos puristas me matarían por esto" (o posers, al fin y al cabo vienen siendo lo mismo: motociclistas vestidos con prendas de piel que en secreto escuchan a los Jonas Brothers), pero luego me vino a la mente un pensamiento, como no hacía en algo de tiempo, lo suficientemente decente como para inmortalizarlo en Internet, vía este, su blog: las diferencias entre las personas, tan marcadas entre algunos y borradas por otros, pero que al fin y al cabo son lo que le dan chiste a esta mugrosa y típica vida.
Si has leído este blog desde hace un tiempo (o me conoces en persona), sabrás que soy una persona un tanto contraria a ciertas costumbres de la sociedad, pero en especial a una: la maña de la juventud a seguir tendencias. No sé qué gen me faltó al nacer (o si el doctor me tiró por error al piso en cuanto vi mi primera luz), pero tengo la fiel costumbre de sentir aversión a casi toda clase de moda, desde la música (¡Dios mío! ¿Por qué creaste el reggaeton?) hasta la vestimenta (Aéro"poser" y marcas anexas). Sin embargo, de un tiempo para acá me encontré algunas personas que decían sentir lo mismo, lo que me hizo pensar en algunas cosas; la primera, cuando recién los conocí, fue el típico "soy diferente, igual que todos los demás", pero no duró más de cinco minutos, cuando traté a esas personas y me di cuenta que eran del mismo tipo que la sociedad en general, pero bajo otras reglas (en lugar de ser pseudo fresas sin dinero, eran pseudo rockeros con tendencias friki-falsopsicópatas). Por una parte me sentí aliviado de seguir teniendo un poco de originalidad (bueno, aunque un "rocker" con playera hollister es original... y un suicidio seguro si lo ven otros), pero, por otra parte, me dejó pensando en la lejana posibilidad de ser un ente alejado de la sociedad establecida (tengo la firme confianza de que no, por eso envío estos mensajes al espacio, esperando respuesta).
Pero no estoy aquí para hablarte de mí, aunque lo voy a hacer de todas formas. Desde la pubertad (edad maldita) tuve la maña de querer hacer las cosas diferente a como se establecían por las reglas no escritas de los jóvenes, y aunque muchas veces fui criticado por ciertos detalles que ellos veían como cómicos (lo más común era el cabello largo o el criticar la música ranchera), me agradaba a mí mismo por hacer lo que me gustaba, y no lo que me decían que estaba bien, por eso, hoy con buenas intenciones, quiero extender este mensaje al mundo, con la intensión de terminar con esos virus que te dicen qué tienes que hacer y como tienes que pensar, simplemente para ser aceptado por personas que no te quieren a ti, sino a tu ropa/farsa/música/dinero/auto/novia/etcétera. Espero que te sirva de algo.
Bien, comencemos. Los que pertenecemos a esta generación vivimos permanentemente bombardeados de información que nos dicta un camino, más que nada por el auge de los medios de comunicación, de las redes sociales y de la globalización. Lo gracioso de esto es que, desde temprana edad, se nos enseña a seguir lo que éstos dictan, mostrándonos cómo vestirnos, con quien hablar, qué escuchar, a quien rechazar, y los colores que debes usar en cada temporada del año. Lo mejor de todo, es que estas reglas cambian cada determinado tiempo, y si hace un tiempo odiabas a los emos porque eran una burda farsa de algunas tribus urbanas rechazadas, hoy debes de amarlos porque han llegado a la cima de la cadena alimenticia (entiéndase como comercialismo). Así, los jóvenes nos encontramos a la expectativa de lo que a una fuerza mayor se le ocurre tomar como moda, y dejar que los "iluminados", ciertas personas con el don sagrado de predecir lo que esa fuerza decidirá, propaguen su mensaje y que se esparza como polvo en los últimos meses de invierno. Esos seres, que siempre han existido, serán ascendidos al grado de celebridades (el término actual para lo que antes, y todavía la iglesia actualmente, se consideraban santos), y con su recién adquirido poder serán admirados por los mortales que, pobres de ellos, no pueden más que limitarse a estar a sus pies, imitando su moderno estilo y esperando su próximo movimiento durante la temporada.
Ninguno podemos decir: "eso a mí no me pasa" (momento de admitirlo: a mí también en ocasiones). Aunque no te agrade la televisión, creas que el radio se quedó en el siglo XX, y consideres al facebook como una herramienta para concretar citas meramente, no puedes mentirte al verte en el espejo y ver esa blusa que usó cierto actor en una película, o el corte de cabello al estilo de aquel cantante que te agrada. Todos estamos tejidos en la misma red, y no hay ni problema ni solución, excepto un simple pensamiento que me gustaría sembrar hoy aquí, con la esperanza de que cambie al menos a una persona. Sí, podemos tomar un rasgo de alguien, famoso o no, pero que sea porque nos guste, no para agradar a un grupo o ser un clón más (tengo la idea que eso hacen algunos). Que esa playera verde fosforescente (que funciona con dos baterías AA, no incluidas) esté en tu armario porque te gustó cuando la viste en el aparador, no porque es la que todos llevan a la escuela (los uniformes no cuentan, tarado). Que el peinado rosa fucsia con mechones azules sea un orgullo tuyo, no de la chica popular a la que todos quieren para "jugar". Que esas enormes pulseras de púas estén en tus muñecas porque te gustan como se te ven, no porque creas que te hacen ver rudo o porque así combinas con tus amigos. Puedes ser un emo o un vaquero, pero que sea porque lo quieres ser, incluso una combinación de ambos (¿Cómo se vería el flecho emo bajo un sombrero ranchero?), pero que sea porque te gusta la imagen que el espejo te devuelve. A final de cuentas, ¿Quién sabe? Tal vez te conviertas en el próximo "santo" de la moda, y las masas te sigan como ovejas al pastor, y papi televisión te haga saltar a la fama, convirtiéndote en el próximo... espera, estamos luchando contra eso, ¿No?
Lunaeclarum, por un mundo sin ovejas.
PD: Entiéndase oveja como cualquier sujeto que no puede decidir/pensar por sí mismo.
PD2: ¡Estamos de vuelta con las incoherencias!
PD3: El miércoles no habrá entrada, puesto que le prometí a alguien muy especial que publicaría un escrito suyo aquí... espero que sea de su agrado.
PD4: Come frutas y verduras.
PD5: ¿No aman las posdatas?
PD6: Yo no.
PD7: No habrá posdata 8.
PD8: Te dije que no habría Posdata 8.

Eternidad


Nunca vi el agua irse
en brumoso vaho al infinito,
tan corto como un adiós
y largo como su recuerdo.
Nunca vi el sol morir
en plena flor del verano
con ilusas nubes de tempestad
en su cortejo fúnebre.
Recuerdos de un reflejo roto
al pasado de un futuro ausente,
escarchados con dulce pena
para pan del debido mendigo.
Al cerrar el ciclo rutinario,
muerto como al despertar,
la risa atrapada en la prisión
al valiente hará llorar.
Y aquel trozo de felicidad
que al alma se antojaba eterno
se evaporará en un suspiro
y nunca su dolor tendrá final.

Locura


Te vi en cada esquina

y el hedor a flores muertas
sonreía a mis entrañas
que te sabían conocida.
Forjaste otra cicatriz
para curar mis heridas,
lloró mi cuerpo
y mi alma se consoló,
arrullaste a la noche
solo para verme dormir,
apagando cada estrella
para arropar este sufrir.
Muere por mi solo hoy
te veré al aprisionarme
en veneno hecho por ángeles
y en amores ilusos.
En los pasillos sin salida
creo haber visto tu silueta
agonizabas entre sueños
por una vida completa.
Yo soy tu,
mas tu solo eres un nombre,
esperando otra oportunidad
y saciar tu eterna hambre.
A despertado la aurora,
por temor eres invadido
perdido entre después y ahora
con la chispa del incomprendido.

Sensibilidad Atormentada


Muerto mas no inconsciente,
caído mas no derrotado,
contando del cielo nubes
y de la tierra lo desolado.
Solo en pie la sombra vaga
que de día se burla del dueño
para al morir la luz divina
ausentarse cual efímero sueño.
El demonio que el espejo me obsequia
llora sangre al pensar en libertad,
solo vive por la cadena
alimentándose de ansiedad.
En la ventana aguarda tu presente,
al acecho de una misericordiosa mirada
tejiendo ensueños y redes,
cada noche, cada velada.
Atrapada en mi interior,
esta sensibilidad atormentada,
mientras exista la muerte
cantará a una luna destrozada,
y aparecerá entre nubes,
del profundo abismo de tu ser
como único testigo de la verdad
que nunca llegarás a comprender.