Hola. Luego de tantos desvaríos e inconsistencias, de una semana algo extraña pero divertida (en la que, sinceramente, no hice el caso debido al blog... mejor admitirlo), heme de nuevo en lo que podría ya llegar a llamar la vida normal... la escuela. El detalle no sería nuevo, ni siquiera me importaría dejar lo inerte de las vacaciones a cambio de un poco de trabajo, pero hoy hay una pequeña diferencia que me ha hecho pensar en muchas cosas, plantearme algunas situaciones y reflexionar más de lo común, al grado de que hoy no pude encontrar un tema decente para publicar como entrada (y mira que en la escuela es sencillo encontrar un tema, raras veces es lo mismo). Resulta, sin sonar pretencioso (sino todo lo contrario), que este es mi último semestre en el que llevo clases, lo que significa que cada día está contado, que las vivencias buenas y malas, útiles y estúpidas, dejarán de ser parte de mi vida luego de estos seis meses... ando algo nostálgico, no puedo evitarlo, supongo que es normal para todo el que ha pasado más de la mitad de su vida metido en centros educativos, o para el que ha disfrutado en sobremanera de varios momentos, que considera parte de su vida el mundo escolar.
Pese a ello, me emociona un nuevo comienzo y lo que éste pueda conllevar. Siempre es emocionante entrar en aguas nuevas y ver rostros nuevos, aunque desgraciadamente algunos viejos se vayan difuminando. Nos guste o no, así es la vida, como si se tratase de un libro: vamos pasando por páginas, dejando eventos e imágenes atoradas entre las pasadas, llenando actuales en blanco de posibilidades y pensamientos varios, buscando escribir la historia que una vez soñamos.
Sin embargo, hay mucho en esos tiempos pasados que no podemos dejar sin más, personas que dejarán una huella que traspase la barrera de la distancia y la frecuencia, gente que simplemente no olvidarás. Pienso en la oportunidad que tengo hoy y a la vez en las que me quedan, y me sirve para darme cuenta de lo afortunado que soy por estar consciente de ello, por tener el privilegio de aprovechar estos días, no como si fueran los últimos, ¡Son los últimos! Es por eso que he decidido no molestarme con nimiedades como el estrés, la carga de trabajo o esas largas horas sin probar alimento, pues luego no habrá manera de quejarme cuando no las tenga y las añore. Los amigos y enemigos, los días nublados y también los calurosos, todos son diferentes dependiendo de la situación, y esta podría ser la mejor época de la vida, pero eso lo sabre cuando ya hayan pasado las demás y pueda emitir un juicio (aunque bien dicen que cada quien puede hacer de cualquier época la mejor, no le confío tanto a mi sano juicio).
Por estos motivos, no me explico la enorme cantidad de personas que maldicen a su suerte por la vida que tienen actual, de una manera u otra, es la vida que has elegido (por decisión o por omisión, ese ya es otro asunto), así que acéptala y, mejor aún, quiérela, luego que hayas cambiado la recordarás con cariño, pensando en lo que fue y en lo que no, porque hablar del clásico "nunca me he arrepentido de nada" es patético, todos tenemos algo, un detalle, que hubiéramos querido hacer diferente. Por cierto, no por eso no debes de disfrutar de tus pasos y de donde estás, la cuestión es recordarlo hoy, y no cometer los mismos errores.
Una famosa frase nos dice que no se disfruta de la cima de la montaña, sino del trayecto hacia ella, y eso es precisamente lo que me he propuesto hoy: hacer las cosas con lentitud, encontrando lo agradable a cada instante e intentando a su vez hacer todo lo mejor posible. No digo que será perfecto, pero será una vida digna de vivirse.
Y tu vida, ¿Cómo es? Más importante aún: ¿Cómo te la tomas?
Si crees que vives en un infierno, prepárate, mañana te queda otro día en el infierno, así que sonríe y disfrútalo, luego lo vas a extrañar.
Me despido, hoy no tengo la coherencia que suelo tener normalmente, tuve que levantarme temprano y ese es un pecado que no estaba acostumbrado a cometer en vacaciones, y que me atrofia las neuronas más de lo debido.
PD: Con el regreso a clases vuelve la normalidad al blog, las entradas estarán llegando normalmente sin los contratiempos de compartir computadora o falta de ancho de banda... a menos de las consabidas excepciones de una vida normal, que discutiré según sea el caso, quien sabe, pueden ser oportunidades para próximas entradas.
PD2: La entrada de hoy estaba planeada para ser otra, pero debido a un traspapelado y la mencionada nostalgia, terminó siendo ésta, así que el miércoles se encontrarán con la que debió haber estado hoy.