Tengo que reconocerlo, todas las personas tenemos errores, nunca lo he cuestionado, pero el detalle que estoy por revelar a continuación sobre mí mismo va más allá de lo que una vez pude haber llegado a pensar sobre lo que un día sería y lo que no. Admito que de pequeño pensaba que yo no sería de ese tipo, que cualquiera era capaz de cometer semejante error, pero yo, ¿De qué manera? Si mis principios morales estaban por demás definidos y nunca me he considerado de tan mal gusto o corto criterio. Pero pasó, algo en mí cambió en un instante, tal vez con los cambios de la adolescencia o con la temprana madurez que creo poseer(ingenuo...), el caso es que terminé convirtiéndome en uno más con ese tremendo error contra la naturaleza humana y todo lo que es bello y una vez dejó de serlo. Me convertí, sin más, en una de las grandes plagas que ha azotado a la humanidad, por la que se han matado a más personas que con ninguna otra en todos los tiempos, culpable de guerras, desolación y tantas cosas que no son dignas de llamarse humanas, pero lo son en realidad por que el hombre en sí es indigno. Aquí, públicamente, quiero confesar el colosal defecto que me encontré últimamente, luego de vagar las horas en la nada y de pensar en la inmortalidad de los seres inanimados que una vez imaginé. He de reconocer que no lo quería en un principio, pero luego que lo admití, tuve conocimiento de su ambivalencia, incluso llegó un momento en el que me agradó, para luego convertirse ya en un placer. Supongo que ya estarás aburrido, pensando en que ta igual saber mi confesión o no, pero aquí te va ya: soy un racista.
Está dicho, soy grosero con cierto tipo de personas diferentes a mí, las considero poca cosa y suelo ser cruel en lo posible con ellas, poniendo en evidencia lo que las considero a cada instante que tengo oportunidad. Pero no me malinterpreten, ni siquiera en mis errores me considero una persona normal. Mi racismo no es contra ninguna de las clases que lo han sufrido masivamente en los últimos años, sino contra una muy rara especie, que salió de la nada y se reprodujo a una velocidad poco vista en estos tiempos. Todos los que una vez estime hoy están podridos por esa peste, provocando en mí ese horrible sentimiento de hacerles sentir lo poquita cosa que son (disculpen, lo que yo considero que son), y terminando enfrascados en contra mía o tachándome de ignorante y fuera de moda. Antes de que piensen mal, no, no se trata del Facebook (aunque ayer asesiné mi cuenta en un arranque de desidia y aburrimiento... sí, ya sé que esa cosa no se muere ni con agua bendita, pero al menos ya no está ahí para que veas mis fotos la navidad pasada), aunque viene encadenado con esta lepra de la sociedad, que ha convertido el miedo de los nerds sobre un apocalipsis zombie en un juego de bebés: las playeras aéropostale (sí, con acento en la e aunque esté en inglés... nada más la gente "in" se puede saltar las reglas gramaticales) y toda esa clase de marcas ultra caras que se ven en todas las personas que circulan por la calle, por auto ¡y en cualquier maldita parte de donde sea! (tranquilo... analicemos las cosas de una manera más fría, y esperemos que logres comprender mi punto de vista).
Las susodichas prendas no tienen nada del otro mundo: playeras con o sin cuello, de manga larga o corta, de hombre o de mujer... nada de diseños exóticos, solamente una máxima que debe aplicar para que esté a la moda: debe decir la marca de fabricación en cualquier parte de la tela, grande y destacada, para que todos sepan que pagaste una buena lana por ese trozo de costuras (o para hacerles promoción gratis, da la misma). Si tu pecho no dice una marca de renombre, eres un dinosaurio sin gracia que no verá jamás el amor verdadero, te pudrirás en la eterna pobreza, no se te acercará nadie y se le caerá el cabello a tu mascota (hasta los dioses estarán en contra tuya). Así de sencillo, ahora el mundo depende de que todos estemos uniformados con viles playeras que serían de lo más común, pero que tienen que decir una marca, ¡Maldita sea!
Pude haberlo pasado en un principio por alto, pensando que los fresas son estúpidos y pagan lo que sea por lo que ellos creen que está a la moda (uniformarse como los demás simios que, como ellos, se creen la gran cosa porque sus papis tienen dinero), pero luego se propagó a los demás sectores de la sociedad joven, que va desde aquellos del "encuentro cercano del tercer tipo" (ya saben, los que en México llamamos vilmente cholos... esos que usan ropa extra ancha, escuchan rap/hip hop/reggaeton y mugres de esas) hasta uno que otro rockero "nice", y seguramente los rastros que quedan de los emos las usan (que no harán esos hijos de su bendita madre). Hasta ese grado, seguía siendo ligeramente aceptable; dije: "esos grupos siempre han sido raros, nunca te ha gustado su manera de vestir de todas formas, así que déjalos ser y gastar a lo menso". Pero entonces vino la gota que derramó el vaso: ¡Todos utilizan esa ropa! Como viles esclavos del consumismo (¿cuando?), caminan uniformados de un lugar a otro, como dije anteriormente, haciéndole promoción gratis a una marca que no lo necesita, contagiando de su peste a todo lo que se encuentra cerca, y marginando al que es diferente a ellos, señalándolo con el dedo y mirándolo cual bicho raro. Lo que más me castra de esto, es que hay personas que simplemente no tienen los recursos para solventarse un estilo de vida con prendas de tan alto precio, pero exprimen hasta la última gota de sus pobres padres, que tienen que cumplirle el sueño a su vástago, para que no se traume porque todos lo ven raro o porque sea diferente (no es diferente, simplemente no tiene dinero para desperdiciarlo en esas cosas). Es sinceramente injusto que alimentemos a los peces gordos de la industria con semejante estupidez.
Pero eso no es motivo suficiente para forjar el concepto de racismo al grado que lo he tenido yo. He estado estudiando a las personas que terminan utilizando prendas de ese estilo, y luego de una exhaustiva investigación de dos días (no necesité más, la verdad estaba ante mí), pude llegar a una sencilla conclusión que consta de dos puntos:
- Hablan solamente con otros de su misma nueva raza.
- No tienen más de un par de neuronas.
Curioso, ¿No? Esta clase de sujetos se la pasa hablando, desconozco si antes o después de ponerse las prendas, solamente de gastos inútiles como antros, fiestas, cerveza, mujeres (con ropa de marca, por supuesto), estupideces, dinero, lujos, tonterías, paja, paja y más paja... ¡Nada de sentido! Supongo que, una vez con el cuerpo envuelto en algo que vale por encima de su gasto más elevado anterior, el cuerpo es invadido por una sensación de riqueza inexplicable, luego las neuronas excedentes al par son quemadas por esta codicia, dejando al sujeto en cuestión listo para ser un intento exitoso de una mezcla entre un fresa y un imbécil. Nacido del odio, encontré la fórmula mágica que creó una nueva raza, que poblará la tierra en su totalidad y se comerá a tus hijos mientras duermes, alegando que está de moda y que próximamente, cuando Hollister lance su ropa interior de marca, tendrán que utilizar los calzones por encima del pantalón para que todos puedan ver que los está usando, y que no es un ente retraído de todo lo que los medios y Dios dicen que es bueno.
No sé quien fue el inteligente que decidió modelar una playera de alguna de esas marcas por primera vez, pero si lo encontrara, tendría un par de palabras con él (antes de romperle la nariz "respetuosamente"). Estamos invadidos por las modas desde siempre, pero ahora sinceramente se está volviendo ridículo. Tengo la esperanza de encontrar una rebelión pronto, de personas que desean conservar su población cerebral intacta, utilizando el vestuario que más les gusta, cuando quieran y como quieran. Será una batalla sumamente impar, pero tengo la la seguridad de que los chicos modernos no harán nada, temiendo manchar sus carísimas playeras peleando.
Yo seguiré con mi racismo, demostrando mi odio hacia todo aquel que se convierta en un anuncio ambulante de ropa falsamente fina, siendo cruel y promoviendo movimientos pro quema de playeras de marca (bueno, eso no, sería la hoguera más cara del mundo y si me demandan no tengo con que pagar). Mientras tanto, si alguien sabe la manera de contactar, si existe, el mencionado grupo del párrafo anterior, le agradecería eternamente que me lo hiciera saber. En caso contrario, si compartes mi racismo y quieres hacer algo al respecto, únete y comencemos esta cruzada por un mundo libre de vestirse como quiera.
Me despido, tratando de tranquilizarme y de recibir alguna respuesta por mi confesión.
PD: Alguien me dijo una vez que estas marcas, en especial la aéropostale, son sumamente baratas en Estados Unidos, y que vienen a México a venderlas a un costo mucho mayor, ¿Saben si esto es cierto? Será la carcajada más grande que emitiré en mi vida.