El día de hoy servirá de paréntesis. Tal como lo prometí entradas atrás, para dar una pequeña explicación a la serie de poemas "Cielos que caen", a fin de que se pueda comprender un poco más la historia que circunda estos versos (o intento de ellos, lo dejo a su criterio).
Cielos Que Caen se centra en la tristeza, en el sentimiento de decadencia que nos envuelve de pronto, cuando dejamos de tener fe y nos dejamos llevar por los problemas mundanos. Es un intento de explicar con complicaciones lo simple que es sufrir, pero lo más sencillo que es salir adelante, ¿Cómo es esto posible? Solamente es necesaria una cosa: querer hacerlo, pero la mayoría de las ocasiones nos dejamos llevar por el pesimismo, por la rendición ante los actos que ven nuestros ojos, y nos negamos a tan simple realidad. Uno a uno, los eventos son un claro ejemplo de lo ocurrente, pero volvemos a caer ante lo mismo, por naturaleza humana o por necedad.
A modo de introducción, el corto verso "Otra Lágrima", trata de demostrar lo explicado anteriormente: el dolor es parte de nuestra naturaleza, es un fragmento de lo que somos, pero muchas veces rompe el equilibrio en nuestro cuerpo y nos hace ver la vida gris. Es entonces cuando nos rendimos a las consecuencias, y descubrimos que estamos solos, que nuestra fe persiste mientras persista la esperanza. Una vez muerta ésta, nuestro mundo se viene abajo.
"Estos Días" es una charla sobre lo incoherente que se ha tornado el mundo actual. Ahora es malo ser bueno, y sobrevive el que sabe escalar sobre los demás. Las reglas se han invertido, y no hay manera en que una pizca de raciocinio pueda salir a la superficie de esta farsa ilusa en que se regodean unos cuantos. Las personas sufrimos por la felicidad, y somos felices con este sufrimiento a su vez. Nos aferramos a pequeños instantes, a los momentos que nos dan un poco de complacencia, pero no dejamos de sentirnos hundidos en un fango eterno, en una situación que no queremos, pero que nos tocó vivir. A final de cuentas, la vida es una farsa de alguien más, y no nos queda más que hacer nuestra propia jugada, y apostar por ese momento en que pudimos sonreír.
El tercero, llamado "Dominio Del Sueño", nos habla de la idealización, del deseo de algunos por encontrar algo mejor, aunque sea en sus sueños. Aferrados a lo que quieren ver, alejan la vista de lo que existe, cambiándolo por lo que desean ver. Son capaces de darlo todo por lo que creen tocar, por lo que tienen esperanza de encontrar algún día. Las puertas falsas son muchas, pero solamente entendiendo que no son más que eso, partes de sueños, se aprenderá a sacarlos de ese mundo de nubes y materializarlos verdaderamente. Cada quien ve lo que quiere, pero la realidad no deja de ser la misma.
Ahora sigue la tristeza andante. Para "Cúmulos Rotos", me imaginé una escena: una persona caminando bajo la lluvia, pensando mientras ve a los demás huir del agua y los truenos. Está tranquila, observando como se evidencian los miedos de otros con algo tan simple como gotas cayendo de un cielo gris. Quisiera que los demás vieran lo que ve, que se observaran en un espejo y comprendieran que sus temores no son más que eso, escalofríos sin fundamento fácilmente pasables. Le pide al mundo detenerse un momento, pensar en lo que está haciendo a estos inocentes que se dejan arrastrar por el mar de la ignorancia, pero no obtendrá respuesta. Nadie cuida al de al lado, pensando solamente en salir de ese chubasco lo más pronto posible y secarse, sin darse cuenta que la analogía con la realidad no dista nada de eso. La diversidad que antes nos hacía mejores, hoy son barreras que no podemos cruzar, y que peor aun, usamos como pretexto para crear límites, diferencias entre nosotros, meros pretextos para darnos la espalda. Esa persona sigue caminando, confundiendo sus lágrimas con las gotas, pidiendo que deje de llover, para que al menos no sea tan evidente la vileza de los humanos.
El siguiente supongo que es el más fácil de todos: "El Romance De La Daga". El amor puede ser todo en esta vida, un motivo para vivir, la fuerza para vencer cualquier inclemencia, incluso una razón para entregarse sin medida. Tal intensidad lleva muchas veces por caminos distintos al plan original, a pensar en situaciones crueles que ya han sido descritas innumerables veces. En esta ocasión, es el retrato de aquel ser que es utilizado por el ser amado, reducido por el alma de sus ojos a nada para saciar su sed. El tan conocido círculo de la violencia en las relaciones retratado una vez más, mostrando a aquellos enamorados a las heridas en una escena vaga, donde aquel conoce el dolor que le causa estar enamorado, incluso el otro rostro de su amor, pero no es capaz de abandonar a esa persona, sino solamente pedir con humildad al cielo que lo cambie, que le muestre el camino para ser ese que debe ser. Lo peculiar del amor es dejar de ser dueño de la vida propia, y no siempre es para bien.
Finalmente, y a modo de un pequeño rayo de luz, está "Tu Cielo", un tierno discurso sobre aquel que ama sin medida, que entrega la vida propia sin ver a quien ni lo que hace con ella. Sin heridas ni lágrimas, solamente el deseo de ver a otro feliz, de cuidar de los males de este mundo al dueño de su corazón. A diario se pierde la fe en lo que vemos, en lo que encontramos, pero la encontramos de nuevo en aquellos dispuestos a ser el cielo para nosotros, a mostrarnos un camino y un motivo para seguir. En un rápido repaso por el camino recorrido en la serie de poemas, encontramos aquí la respuesta a cada uno: proteger al amor por encima de todo ("Otra Lágrima"), servir de apoyo cuando no deseemos vivir ("Estos Días"), estar en esos sueños donde somos felices, compartir la fantasía para hacerla realidad ("Dominio Del Sueño"), abandonar la soledad para caminar juntos, ser dos almas en un mismo ser ("Cúmulos Rotos") y darlo todo por amor, sabiendo que se es correspondido, presintiéndolo ("El Romance De La Daga"). El círculo comienza de nuevo, lleno de esperanza, para comenzar un día más, vivir de nuevo en el mundo que es igual, pero siendo nosotros diferentes.
Este es el final por el camino de Cielos Que Caen. Espero que hayan disfrutado el caminar por este aparador de pensamientos, y que hayan sentido un poco de empatía. Recuerden disfrutar de todos los sentimientos, es parte de lo que nos hace vivos, y algo que no podrás hacer al morir. Descansa entonces, porque vida sólo hay una, y no ofrece segundas oportunidades.
Nos leemos mañana, con el estreno de Claro de Luna.