Estos días, a pesar de la falta de tiempo, he tratado de seguir con una poco altruista labor de comentar relatos y poemas ajenos en un par de páginas de aficionados, en su mayoría, al fandom (cosa que, ya mencionado de paso, me desagrada). Cabe destacar el hecho de que lo hago meramente con el fin de que esas personas se "dignen" a comentar alguno de los escritos que me he atrevido a subir a esos sitios (porque en esos lugares, simplemente por el hecho de no tener a Naruto como protagonista, mencionar algún cantante famoso o describir a personajes teniendo sexo cada dos renglones, la gente no se interesa). No he tenido los resultados que esperaba, primero porque descubrí que muchos de ellos solamente subieron su "obra de arte" y no han vuelto a entrar al sitio desde entonces, y segundo, peor aún, porque algunos se han ofendido por lo que les he puesto (no sé en que parte decía que la sección de comentarios era solamente para porras y felicitaciones). Basado en este motivo, he decidido dedicar la entrada de hoy a esas "sensibles" personas, cuyo mundo se viene abajo al descubrir que el fruto de su arduo trabajo (unos minutos) no es recibido con bombos y platillos, o peor aun, que un mortal se atrevió a llamarlo malo.
Imaginemos esta situación: un adolescente otaku (no es que me desagraden, pero puedo comprobar que de estos llorones, el 90% son menores de edad, y de esos, el 95% son otakus). Luego de haber tenido su dosis diaria de series y comics ha quedado deslumbrado, y ha llegado a una conclusión: él puede hacer algo mejor que lo que vio. Ya sea porque simplemente no le parece lo suficientemente interesante que Gokú mantenga a raya a cuanto bodrio se anima a destruir el mundo o porque no le gusta el famoso greñudo, ha decidido que tiene una concepción por encima de la de sus creadores, y debe hacer algo con esa súbita iluminación. Es entonces cuando nuestro prospecto a Akira Toriyama comienza a escribir. Puede irse por el camino fácil, alterando la historia original para hacer al hombre mono que nos acompañó en la niñez enfrentarse a cosas mucho más interesantes, que van desde una relación "sospechosa" con cualquiera de los otros personajes (aunque esto es más común en las chicas), una descripción con lujo de detalles sobre el último arrebato de pasión con su esposa o enfrentarlo a la misión más titánica que tuviese jamás: un embarazo masculino (no me vean así, yo todavía no me explico qué hicimos para merecer la creación de este aberrante subgénero, si podemos llamar así al MPREG). Pudiera nuestro joven tener un par de neuronas más que el promedio, y decida crear una historia original, aquella que nadie había descubierto... no, no es que se parezca a las que vio ese mismo día, es una enorme coincidencia, pero si te fijas, los personajes se llaman diferentes y su traje no es rojo, es azul, ¡Cualquiera notaría eso!
Pero bueno, luego de que la nueva sensación literaria hubiese concluido (a veces ni eso), nuestra joven promesa ha decidido compartirla con el mundo, ¿Por qué? ¡Porque nos lo merecemos! Tanta originalidad, tanta brillantez, no pueden quedarse recluidas en un cuaderno o un archivo abandonado; deben de estar al alcance del mundo, para su regocijo. No es difícil encontrar un lugar para hacerlo, pues basta el registro de un formulario, donde la mayoría utiliza un llamativo seudónimo, para comenzar a compartir el fruto de tu genialidad al planeta entero. Así lo hace nuestro joven amigo, quedando a la espera de las numerosas felicitaciones y los mensajes de admiración que se acumularan por montones. En una situación hipotética, y si no le ha ido como a mí (ignorancia total), ya tiene unos cuantos comentarios que no puede esperar para abrir. Cual no será su sorpresa al leer el primero: "me gusta, pero me recuerda a tal serie". Se sorprende, sigue con el segundo: "tienes mala ortografía y redactas mal". Para este entonces contiene las lágrimas, pero soporta para un tercer intento: "es un asco. La historia fue robada de tal parte y no tienes ni idea de cómo escribir. Deberías preocuparte más por aprender primero".
Nuestro genio ha sido derrumbado por un mundo que no comprende la autentica perfección. Incomprendido, trata de dar motivos para cubrirse los insultos (normalmente un "soy un novato, no sean crueles"). Las críticas siguen, pero él está decidido a seguir defendiendo su escrito, porque, como a un hijo, le dio la vida, merece vivir y ser reconocida como lo que es: una obra maestra.
Si este es su caso, y se dedican a tirar patadas de ahogado cuando alguien les dice que no le gusta como escribes, te recomiendo saber antes que nada de quién viene la crítica: si es un don nadie, ignóralo; pero si tiene conocimientos en la materia, límpiate esas lágrimas y ponte a mejorar, que el propósito principal de los foros y talleres de escritura no es presumir lo que has hecho, sino mostrar tu estilo para que sea depurado por otros participantes. Apréndelo, si quieres aprender algo, el camino es duro y la preparación es de "a huerzas", así que en lugar de publicar tu depresión en el facebook, échale ganas a las clases de español. Si por el contrario, te niegas a seguir estos consejos porque crees que así estás bien, pero no quieres que nadie te critique, muéstraselos a tu mamá, te aseguro que a ella le encantarán.
Por lo pronto, yo seguiré esperando algún comentario (aunque sea destructivo) de los escritos que subí. Seré fuerte cuando alguien me diga que me comí un acento o que no le gusta mi historia... no debo llorar.
Sin más por el momento, nos leemos en otra.