miércoles, 20 de octubre de 2010

La "libertad" de expresión

Andando de curioso por un diario un tanto amarillista de la web, tuve la suerte de encontrarme con una noticia, algo que no tuvo mucho ruido, pero que en lo personal considero algo digno de discusión. Bueno, primeramente veamos los hechos: En Chile (un país del que no se escucha mucho, me imagino que ha de ser aburrido), un joven llamado Richard Emilio Chavez León (Veo que tienen mucha capacidad para aceptar los nombres extranjeros... y combinarlos con nacionales), miembro del voluntariado Kúrame (algo promovido por EsSalud... no me pregunten, son datos triviales que menciono nada más porque sí), tuvo los suficientes pantalones para estar en frente del presidente de su país (Alan García) y decirle al rostro lo que pensaba de él (un sincero y simple "corrupto", algo que muchos quisieramos tener el privilegio de decir). La noticia no habría pasado a mayores, sino hubiera sido porque el honorable mandatario, luego de recibir semejante cumplido, le dio una sonora bofetada al joven, y, según versiones extra oficiales, luego los miembros de seguridad lo golpearon en el piso (esta es la versión de un testigo). No está de más decir que los presentes se pudieron inmediatamente del lado del joven, acusando a vivas voces de abusivo al presidente, porque, hasta donde comprendí la forma de escribir de los chilenos, se lo querían llevar acusado de difamación o algo parecido.
La vida para el valiente Richard cambió completamente luego de este acto de valentía, pues fue expulsado del grupo que pertenecía y obligado a pedir disculpas una y otra vez por lo ocurrido. Lo peor fue que el titular del poder judicial, Javier Villa Stein, ahora alega que se presente una querella en su contra, sabrá Dios con qué intenciones, pero dudo que sean tan tiernas como un jalón de orejas. Seguramente la noticia pasará pronto, y no quedará ni el recuerdo para muchos, pero no me imagino lo que esté pasando en la vida de este ilustre personaje que se pasó de "sincero".
Bien, esta noticia llamó mi atención más que nada por aquello de la libertad de expresión, algo que está cada día más maquillado y que, sinceramente, ya no sé bien en qué consiste en realidad. Yo supongo que Richard tuvo un motivo para decir eso al presidente (no se suele decir enano a alguien de más de dos metros, si entiendes lo que digo), y aunque tenía todo el derecho de ofenderse, llorar amargamente y publicar mensajes de odio en facebook, Alan García debía recordar qué es lo que lo tiene en el puesto que hoy desempeña (y del que debe sacar mucho dinero): la gente. Esas personas que lo eligieron gobernante y que pusieron su fe ciega en él, esperando un resultado lo menos nefasto posible (porque hablar de buenos políticos es como pedirle peras al olmo... se aplica la ley del "menos peor"), para obtener a cambio un sujeto intransigente que no es capaz de contenerse ante la mínima opinión pública. Si eso le hizo a un simple joven, cuya opinión no pasaría de la situación, no he de imaginarme lo que haría si un diario publicara una nota difamatoria sobre él.
La expresión libre como tal, existe cada vez menos. Podemos encontrarnos con ejemplos desde la infancia (el profesor que se niega a entender que simplemente no le entiendes) hasta la senectud (al que no le creen porque ya "chochea"). Todos tenemos algo importante que decir, algo que puede cambiar al mundo o simplemente divertirnos, algo para sentir, algo para saber que estamos vivos y que hay otros seres vivos a nuestro alrededor, con pensamientos e ideas distintas a las nuestras, en las que encontraremos tantas cosas (iba a decir buenas, pero hay de todo en este mundo). Nos encontramos en una nueva era, donde a pesar de los grandes avances en comunicación, cada vez podemos expresarnos menos (no hablo de contar al universo tu estado de ánimo en alguna red social, sino de algo que de verdad sea importante, aquello que te pueda meter en problemas, pero que deba ser sabido). Después de todo, nos honramos de historias sobre héroes desinteresados que lucharon a brazo partido por lograr la libertad, una libertad que se está atando a sí misma, y que terminará envuelta para regalo de unos cuantos.
Me encuentro sumamente indignado con lo ocurrido en Chile, y de verdad espero que el panorama se vislumbre optimista para Richard. En cuanto al presidente "princesa", espero que algún día recuerde que también es una persona, pero sobretodo, que puedes ofender a alguien con una mentira, pero lo pondrás furioso si le dices la verdad.
Por hoy es todo, nos leeremos en otra ocasión.