miércoles, 27 de octubre de 2010

Otro "orgullo" mexicano

Ya una vez lo hice, sin embargo, me veo en la imperiosa necesidad de volverlo a hacer. Debo aclarar antes que la televisión no es mucho de mi agrado, es simplemente que hay ocasiones en que el ánimo no da para más, por lo que es irrevocable la invitación de un cómodo lecho y un aparato que funciona a distancia, y que puede por un momento borrarnos la noción espacio-tiempo. Eso ocurrió el fin de semana pasado, en parte por desidia y otro tanto por insistencia de mi hermanito. Sin más pretextos, desperdigué aproximadamente una hora frente al televisor, viendo un programa que hasta entonces desconocía (nunca me enteré de su transmisión), pero que me dejó con el sabor de boca suficiente para dedicarle una entrada, posiblemente similar al que engalanaba al programa "Iniciativa México", ¿Pero qué podemos hacer? Televisa se dedica a lanzar porquerías a la televisión abierta sin que nadie pueda hacer nada, en especial cuando hay quienes las consumen (no somos un país muy intelectual, admitámoslo).
Entremos en materia. El programa lleva orgullosamente por título "La Expedición", y es promovido no solamente por la televisora más popular a nivel nacional, sino también por el Teleton (uno de sus tantos vástagos, aunque este tiene mérito por ser del ramo altruista) y el gobierno del estado de Veracruz (supongo que solamente presta sus locaciones). Bien, este programa consiste en un maquiavélico plan de desconocido creador, que consistió en reunir a once discapacitados (en muy variados aspectos, hay que admitir que está surtido el menú) y hacerlos escalar el Pico de Orizaba, la cima más alta de nuestro país. Desde el principio la cosa se pone fea, digo, está bien que queramos alimentar el autoestima de las personas con capacidades diferentes, ¿Pero enfrentarlas a algo que muchas personas ni con su cuerpo completo y sus capacidades sanas son capaces de hacer? Me parece sinceramente cruel querer jugar al circo romano con estas pobres personas, no digo que no puedan (nada que la magia de la mercadotecnia no pueda arreglar), más sin embargo, grabarlos tendidos en el suelo luego de haber caído (ya sea de la silla de ruedas o por ceguera) en lugar de ayudarlos es una crueldad prácticamente inhumana. Limitarse a entrevistarlos cuando se sienten mal o creen que ya no pueden (¿Qué les hace creer que no sea cierto?) es otra de sus tantas estrategias para mover fibras sensibles en el televidente, y que no se despegue de su caja tonta durante toda la transmisión.
Eso no es lo peor del caso (la verdad, no me decido qué lo será). Para colmo de males, los han hecho sufrir durante todo el trayecto al dichoso pico (¿Pensabas que los dejarían en las faldas, solamente para que ascendieran? ¡Claro que no! ¿Cómo duraría entonces los capítulos necesarios para hacer rentable esta monstruosidad?), obligando a los pobres que usan silla de ruedas a rifársela en terrenos donde las llantas simplemente no avanzan (¿Pero qué te pasa? Son sillas todo terreno... ah, no, solamente tienen adornos para parecerlo), y a los ciegos a empujar a éstos (así les sirven de lazarillos... miren nada más la crueldad a la que ha llegado la humanidad).
Supongo que no es nada que no se haya hecho antes, pero en esta supuesta era de libertad y amor fraterno (supuestos e hipotéticos ambos), tuve una vaga idea de que dejarían de utilizar a las personas como negocio (porque admitámoslo: mientras se siga ganando dinero a sus costillas, llámalo esclavitud o programa, pero es un negocio), más enorme decepción me he llevado, ahora el espectáculo humano es llevado a domicilio en la modalidad que mejor se adapte a tu grado de morbo. Podemos encontrar de todo, desde peleas callejeras hasta, ahora con esto, incapacitados subiendo un cerro a como dé lugar. Como ya lo dije una vez, en México todo es posible (úsese la frase para simbolizar lo malo, ya que las oportunidades y buenos deseos migraron al país del norte hace tiempo, luego huyeron de ahí también con destino desconocido).
Quiero aclarar que no asegure que estas personas no sean capaces de hacer lo que uno (se ha visto en muchas ocasiones que la suplencia de algo fortalece las demás partes... y esto se ve claramente en los juegos paralímpicos, en los que México se lleva gran parte de las medallas). Mi punto es la crueldad con que Televisa se maneja para ganar dinero y la intransigencia con que lo logra, porque, sinceramente, he llegado a pensar que los únicos mexicanos que logran grandes cosas son aquellos que carecen de algo, pues son los que más valoran la vida (y no se han entregado a los vicios populares de nuestra bicentenaria tierra)
Ya que no puedo hacer algo para evitarlo (lo mejor es simplemente pararme y desconectar el aparato de mi hogar, así al menos mi familia estará a salvo), no me queda más que aguardar por la próxima gran idea para denigrar personas y vender aún más.
Sin más de que quejarme por el momento, nos leemos en otra ocasión.