lunes, 8 de noviembre de 2010

Tiempo de versos III

El día de hoy tenía ganas de escribir un poema, pero como a veces suele pasar, la inspiración encontró un pequeño hueco en la ventana y salió huyendo antes de que pudiera aprovecharla. He optado por recuperar hoy un pequeño poema de entre mis recuerdos para compartirlo hoy, un pensamiento vago convertido en versos acerca de un tema algo clásico, pero que ha sido en varias ocasiones blanco de mis escritos: el amor platónico. No sé porque me atrapa algo tan simple como pasajero, siendo que sencillamente no es algo que me ocurra. Querer entregar tu vida a alguien que no conoces es algo completamente ilógico, pero así somos los humanos, es preferible dejarse sentir que vivir en la aburrida rectitud y no poder decir que alguna vez se amó. De alguna manera, creo que estos amores son los más intensos que pueden existir, amándose a una persona a un grado de perfección pura, inhibiendo esos errores que, no porque no se conozcan, significa que no existan, pero en fin, no quiero restarle la magia al tema. Sin más, se los dejo.
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En Nombre De La Rosa
Erase mil veces
de todo jardín ornamento
la historia de un deja vu
que no emerge del pensamiento.

Cada noche, cada recuerdo…

La luna seduce al tiempo
sobre el verde de un momento
para conseguir posteridad
a cambio de sufrimiento.

No esperes concordia…

Bien amada por la orquídea
esperaba bajo el firmamento
contando las gracias, los dones
y cuando llegara el tormento.

Esperando por ella…

Buscando la luz delicada
de un amor bajo la almohada
de la sangre derramada por ella.
El orgullo que lo doma
es su propia antagonía
que a un paso aventurado
vuelve a ser lo que a soñado.

Una odisea perdida…

Por ello abandono el sendero
buscando consuelo al descontento
solo queda lo que fueron
y una nueva vida en el sustento.

Esperando en agonía…
en nombre de la rosa.