lunes, 29 de noviembre de 2010

Tiempo de versos IV

Hacía tiempo que no dejaba aquí algunos versos, así que hoy me parece un buen momento. En esta ocasión presento un pequeño poema que escribí en el 2007, en una época en que me abrumaba la tristeza fácilmente, como a todos en ciertas temporadas. Nada que ver con los ya casi extintos emos, pues la temática va más allá del simple "todos me odian porque no me entienden". El poema habla básicamente sobre el arrepentimiento ante un pasado que nos causa daño recordar.
Es de humanos cometer errores, así como también sentir las consecuencias en la consciencia de lo cometido, las personas heridas y los sucesos inmiscuidos. Rogamos porque esos eventos sean enterrados en el olvido de quienes lo saben, para poder continuar una vida nueva a partir de ese instante tan negro. Algunos rezan, otros se esfuerzan, el caso es que las memorias viven en situaciones que nos hacen regresar la vista y entender la simpleza de la vida.
Lo hecho, hecho está, y quien no aprende a vivir con ello se convierte en su propia marioneta.
Sin más preámbulos, se los presento...
________________________________________
Cercenando Memorias

Fui un vampiro moribundo
que sucumbió en el mar,
la evocación de un pasado
que duerme en ningún lugar.

Fui lo que vi en tu mirada
el dolor en que vives y transmites
aquella efímera tarde tan cruel,
el amor con que matas y mueres.

Solo soy maniquí de hipocresía
tan dulce, tan vago, tan vil,
el reflejo de tu fingida inocencia
soy lo que quiero, soy igual a ti.

Soy producto de tus deseos
mero asesino de almas hastiadas,
fui esclavo de mis anhelos
hoy tu sola imagen reflejada.

Fui un grano de arena en la playa
gimiendo por una aparente verdad
que resultó ser mi brillante futuro:
una ola de inmortal oscuridad.

Fui una marioneta de mi mismo
movida por hilos de metal
que buscaba alojo al regocijo
mientras miraba la vida expirar.

Fui la noche sin luna ni estrellas
tras un ocaso autónomo sin sentimientos
que asesinó al sol con sangre fría
manchando los mismos cimientos.

Fui el arlequín de mirada insípida
que velaba el sueño con fervor;
hoy me río de tal pasado,
hoy mi vida es el dolor.

Y proseguirá nuestro entendimiento
en las galeras de esta nuestra historia,
por ti guardada como triste pasado
por mi cercenada como inmune memoria.
________________________________________
Me despido, esperándolos en otra ocasión.